Cada día somos testigos de nuevos estudios relacionados con el mundo del motor. En este caso se trata de una investigación que identifica un nuevo riesgo para la salud en referencia a la relación existente entre la comida y el automóvil. Es decir, se asegura que no resulta beneficioso comer dentro del coche cuando éste se encuentre en movimiento o simplemente con el motor en marcha.
El motivo principal de estas conclusiones es que al comer en el coche se pueden ingerir ciertos gérmenes que pueden causar diversas enfermedades. Por lo que se aconseja que si se desea comer a lo largo de un trayecto se detenga el coche y se realice la ingesta fuera de él, estirando las piernas. Es más aconsejable tanto comer en un restaurante como hacerlo al aire libre en cualquier área de servicio.
Puede que muchos no creáis demasiado en dichas conclusiones pero si se toma la decisión de ingerir comida en el automóvil, debemos ser conscientes de que esto puede provocarnos problemas de salud tan importantes como infecciones de la piel o, incluso, intoxicaciones alimentarias.
¿Cómo se llega a esto? A pesar de que podamos tener un coche impoluto y que con asiduidad lo lavemos, la realidad es que el coche en el hogar perfecto para bacterias como Bacillus cereus y Estafilococos. Estas son las culpables de dichas enfermedades digestivas y cutáneas. El riesgo está siempre presente, pero aumenta si tenemos la costumbre de comer en el coche, o si, por ejemplo, manchamos el tapizado de alimentos.
Este estudio llega de la mano de Halfords. Se trata de una empresa del sector automovilístico que se dedica a vender productos relacionados con la limpieza del coche. Puede que tras esta información, lleguemos a la conclusión de que en este estudio hay cierto interés comercial. Pero recoger ciertos consejos, en la medida de lo posible, nunca están de más.
Vía | Mnn