No está nunca de más alguien que te cubra las espaldas. Si hay que destacar una figura importante en la trayectoria empresarial del fundador de Honda, Soichiro, esa sería su esposa, Sachi Honda. Ella fue un gran apoyo para su marido y realizó, entre otras tareas, la de testado de producto sin ningún tipo de formación sobre el tema mucho antes de que la empresa se diera a conocer. Una pionera que se mantuvo a las duras y a las maduras y en la cual se asientan parte de las bases de la conocida marca nipona.
La historia de ambos comienza en los años 30, Soichiro estaba a cargo del taller de Art Shoaki en Hammatsu, Japón. Él mismo había fundado ese taller y, por aquel entonces, contaba con hasta 30 trabajadores contando con la recién casada. En el taller, Sachi trabajaba tanto cocinando para los empleados como realizando tareas de contabilidad ya que su marido no era de números.
Los comienzos nunca son buenos y menos económicamente. Según cuenta uno de los primeros empleados del Honda Research Institute, Sachi llegó a pedir dinero para poder pagar los salarios de los trabajadores, las cuentas del hogar estaban vacías. Pese a todo, la pareja logró salir adelante frente a la adversidad.
Las funciones de esta mujer no tenían límites. Eran tiempos de guerra y Sachi no lo dudaba a la hora de salir al mercado negro para conseguir un saco de arroz. Una mujer valiente sin duda. De hecho, un día cualquiera su marido le traía una bici con motor y le pedía que la probase y ella allá que iba sin cinturón de seguridad ni nada. De esta forma, se convirtió en la primera piloto de pruebas del prototipo que daría lugar al A-Type, el primer producto con el nombre de la marca.
“Yo creo que lo que realmente quería era ver si una mujer podía llevar este tipo de bicicleta. Yo era su conejillo de Indias.» comentaba Sachi «me hizo recorrer las calles principales de la ciudad, llenas de gente, así que me ponía mi mejor monpe —pantalones anchos que vestían las trabajadoras japonesas — cuando cogía la bici”.
Además de contable, ama de casa, piloto de pruebas y cocinera, tubo que ejercer como consejera. Sachi no las tenía todas consigo pues su marido se las empeñaba en competir en carreras de coche, una de sus pasiones, hasta que un 7 de junio de 1936 casi le cuesta la vida. Ocurrió en un rally junto al río Tama donde colisionó con un coche en la línea de meta a una velocidad de 120 km/h. El resultado: un brazo roto, el hombro dislocado y estragos en el rostro.
Según comentaría Soichiro más tarde, tras una charla con su mujer, decidió dejar las carreras. La versión de su mujer es otra ya que afirma que lo dejó por una «lección de su padre». De cualquiera de las formas, la retirada de de Soichiro como piloto de carreras permitió que se centrase en el negocio, el cual daría muy buenos frutos.
Vía: Honda