Renfe presentó su informe anual de los ahorros de costes externos generados por el ferrocarril. Según ellos, el uso de los trenes habría ahorrado a la sociedad española 2.298 millones de euros en 2010, por los impactos evitados asociados al transporte. Pero ¿cómo es esa valoración económica de los efectos negativos de los distintos modos de transporte? ¿Y cómo afecta a los coches?
Además del precio que uno paga por desplazarse, el estudio tiene en cuenta costes sociales y ambientales generados por el transporte. Lo llaman costes externos y los asume la sociedad, que paga por los accidentes de tráfico, el ruido, contaminación, daños en el paisaje…
En términos globales, el estudio arroja unos coste sociales y ambientales muy superiores para el coche en ciudad (163,03 euros por 1.000 viajero-km) que para el camión de mercancías (120,42 euros), el avión (72,06 euros), el autobús urbano (62,61 euros), el tren de pasajeros (31,65 euros) o el tren de mercancías (24,52 euros).
¿Por qué son tan altos los altos costes atribuidos al coche? Sobre todo por las congestiones urbanas, pero también a los accidentes de tráfico y a los diferentes tipos de emisiones.
El estudio no contempla los atascos como un coste externo, pues entiende que afecta sólo a las personas que intentan desplazarse y solo repercute en los vehículos a motor que se mueven sobre el asfalto. Las estimaciones del estudio de Renfe han sido efectuadas a partir de los valores medios europeos del estudio Costes Externos del Transporte, realizado en 2000 y revisado en 2004 por la consultora suiza Infras y el instituto IWW de la universidad alemana de Karlsruhe. Para estimar la repercusión económica de las congestiones, por ejemplo, se tienen en cuenta factores como la velocidad del tráfico y el valor del tiempo utilizado en los desplazamientos.
El resultado, con los datos del IPC del año 2010, es que el coste de los atascos urbanos se situaría en torno a los 58,77 euros por 1.000 viajeros-kilómetro para los vehículos y de los 10,96 euros por 1.000 viajeros-km para los autobuses.
Además el estudio carga a los coches unos costes externos sanitarios y por daños como consecuencia de accidentes de unos 42,33 euros por 1.000 viajeros-km, una cifra muy por encima de la atribuida a autobuses (3,29 euros), trenes (1,10 euros) o aviones (0,55 euros). Lógicamente, el estudio es de Renfe, pero no deja de resultar interesante.
Vía: Ecolab