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Redacción

¿Eres un conductor alondra o búho?

Un estudio de la Universidad de Granada ha demostrado que, definitivamente, nuestros hábitos de sueño influyen en nuestro modo de ser y comportarnos al volante. Y ha concluido que el «conductor alondra” es en términos generales mejor que el «conductor búho”. Según los investigadores, el cronotipo nos define como personas matutinas cuando nuestros hábitos son diurnos y como personas vespertinas cuando nuestras mejores horas son las de la tarde. De ahí que en el ensayo se distinguiese entre las madrugadoras alondras y los nocturnos búhos para referirse a los sujetos de estudio.

Según se ha visto en el estudio, los conductores búho (vespertinos) conducen peor cuando tienen que coger el coche en su “hora mala” (es decir, a primera hora de la mañana), mientras que los conductores matutinos o “alondra” se han revelado como mucho más estables y fiables, ya que no había grandes cambios en la calidad de su conducción entre su “hora mala” (la tarde) y su “hora buena” (por la mañana temprano).

Para su investigación, los científicos aplicaron un cuestionario a los participantes, para averiguar aspectos como a qué horas del día demostraban mayor energía o sus hábitos de sueño. En total localizaron a 29 estudiantes con cronotipos extremos, seleccionados de entre más de 500. Luego emplearon un simulador de conducción. A los matutinos y a los vespertinos les hicieron conducir a las ocho de la mañana y a las ocho de la tarde y después compararon cómo condujeron ambos grupos en los distintos horarios.

Los investigadores concluyen que los ritmos circadianos (oscilaciones de las variables biológicas que suceden en intervalos regulares de tiempo, como el sueño y la vigilia) deberían ser tenidos en cuenta por las empresas a la hora de fijar los horarios de sus trabajadores para cuyas funciones sea necesario mantener de forma constante la atención. Estos podrían ser los pilotos de avión, controladores aéreos o de centrales nucleares, los médicos que realizan operaciones quirúrgicas o los transportistas.

«Una misma hora del día puede ser buena o mala para realizar estas actividades en función del tipo de cronotipo que tengamos, aunque hay horas que son malas para todo el mundo, como la hora de la siesta o el intervalo de 3 a 5 de la madrugada», aseguran los investigadores.

El ensayo muestra además que coger el volante cuando se llevan más de dieciocho horas sin dormir equivale a conducir con el nivel máximo permitido de alcohol en sangre. En la práctica, conducir sin haber descansado se traduce en un déficit de atención y concentración.

Fuente: EFE
Foto: cc Flickr Tambako

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