En su lucha por intentar reducir todo tipo de emisiones contaminantes, la Comisión Europea propuso la semana pasada la disminución de los límites máximos del ruido emitido por los vehículos. Su objetivo es que esta reducción sea de un 25% y con ello contribuir a mejorar la salud y la calidad de vida de los ciudadanos del Viejo Continente.
Estas medidas se suman a otras de reciente implantación, como la inclusión de un canon en la «Euroviñeta» (el conocido y polémico sistema de tasas o de peajes a los camiones) aprobado el pasado mes de junio, con el objetivo de paliar este tipo de emisiones.
Con dicha propuesta la Comisión Europea quiere actualizar las normas comunitarias que se encuentran vigentes en estos momentos y que se aplican a las emisiones sonoras de los vehículos, con la finalidad de armonizarlas con las que han sido reconocidas, a nivel internacional, por Naciones Unidas.
Gracias a todo ello, además, es muy posible que se facilite el acceso de los fabricantes de automóviles europeos al mercado de otros países que en su momento firmaron el Acuerdo de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa de 1958, aumentando de esta manera la competitividad de la industria europea.
Según la propuesta los valores máximos permitidos en los turismos, furgonetas, autobuses y autocares se reducirán en dos tramos de 2 dB cada uno. En el caso de los camiones las reducciones serán de 1 dB en una primera fase y 2 dB en la segunda. La primera etapa se llevará a cabo en los dos años posteriores a la publicación de estas nuevas disposiciones (una vez aprobadas por los Estados miembros y el Parlamento Europeo) y la segunda tres años después.
También se pretende que se mejore de forma significativa el método de medida de dichos niveles de ruido en los vehículos nuevos y, de esta forma, garantizar que las emisiones sonoras sean las mismas en condiciones reales de conducción que las obtenidas durante los procesos de homologación. Para prevenir estas “diferencias” se introducirán las llamadas disposiciones adicionales de las emisiones de sonido (ASEP).
En cambio, en el caso de los vehículos eléctricos e híbridos, ocurre justo lo contrario, y lo que se pretende, en este caso, es la introducción de un sistema audible que indique que se está aproximando un vehículo de estas características, para hacerlos más seguros y ayudar a evitar accidentes y lesiones.
Vía | Comisión Europea