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M. Pardo

¿Por qué las calles estrechas son más seguras?

Si te pidieran que cambiaras algo de tu ciudad, lo que sea, para convertirla en un lugar más seguro y agradable, lo más probable es que las respuestas estuvieran encaminadas a introducir energías menos contaminantes en el transporte público, limitar el tráfico para disminuir los atascos o ampliar las zonas de 30 y la red de carril-bici, como ocurre en Madrid. Pero, por sorprendente que parezca, hay una cosa aún más eficaz.

Para el experto en planificación urbana, Jeff Speck, la clave está en los carriles demasiado anchos. Según dijo en el último CityLab, «en las calles más anchas es donde ocurren la mayor parte de los accidentes. Los peatones tienes que recorrer mayor distancia, los coches circulan demasiado rápido y las bicicletas quedan a su suerte».

En este momento, las carreteras más concurridas de las ciudades cuentan con carriles de 3 y 4 metros de ancho. Y no son necesarios carriles tan anchos. Lo normal hasta hace unos años era 3 metros, pero se han ido ampliando con la idea de que cuanto más ancho sea un carril más espacio hay entre coches y mayor seguridad.

Pero esa premisa ignora el hecho de que los conductores van a cambiar su comportamiento en diferentes ambientes. Pero la realidad es que conduciendo por un carril ancho, recto y con espacio de sobra con los otros carriles, es más que probable que los conductores superen el límite de velocidad establecido. Sin embargo, una carretera más estrecha, con árboles y con carriles para bicicletas podrían contribuir a un tráfico más lento y, por tanto, más seguro.

Además de la opinión de Jeff Speck, hay numerosos estudios que respaldan esta hipótesis. Entre ellos, uno escrito por un profesor de Rutgers, Robert Noland, que determinó que los carriles más anchos fueron responsables de aproximadamente 900 muertes de tráfico adicionales cada año, solo en Estados Unidos.

Y no sólo los carriles estrechos conducen a un menor número de accidentes, es que los que se producen a menor velocidad tienen cosecuencias más leves. Cualquier estudio que se consulte es claro: un peatón atropellado por un vehículo que viaja a 30 o menos km/h  en el momento del impacto tiene entre siete y nueve veces menos probabilidades de morir por un impacto.

Fuente: Grist

  • accidentes
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