Siempre decimos que los límites no existen en el mundo del lujo. Ya lo vemos eventualmente en el sector del motor, donde es medianamente normal que algunos ejemplares excedan las siete cifras por su nivel de exclusividad. Ahora lo vemos en un objeto que tiene que ver con la automoción, pero solo parcialmente se trata de un reloj con forma de coche de carreras de Tiffany & Co que nos ha llamado la atención por varios detalles. El primero es el nivel de artesanía que rezuma y las joyas que incluye. El segundo es su precio mayúsculo.
Porque este objeto de coleccionista cuesta nada menos que 244.000 euros en nuestro país. Es cierto que hay una variante de la misma colección «Time for Speed» que prescinde de las joyas y se queda en 46.300 euros, pero hoy nos vamos a centrar en el tope de gama. Se trata de un reloj inspirado en los coches de competición de la década de 1950 que está hecho en aluminio y pintado en el color Tiffany Blue. Las llantas son de acero inoxidable pulido y los neumáticos están hechos de goma.
Pesa 4,7 kg y tiene algunos detalles propios de Tiffany & Co. Cada rueda tiene un diamante en el centro de la llanta, mientras que hay más diamantes adornando el bisel y la placa de grabado del reloj. Por el lado izquierdo, está la abertura de acero que muestra las horas y los minutos. La rejilla frontal tiene un monograma del logo de la marca, por detrás el número 5 (guiño a la tienda de la Quinta Avenida de Nueva York) y en la cúpula de cristal que va en la zona del asiento está la rueda de escape y el volante.
Precisamente ese volante de tres radios sirve para poner en hora el reloj, mientras que para dar cuerda al movimiento hay que tirar hacia atrás del coche sobre una superficie plana. Este reloj con forma de coche de carreras de Tiffany & Co que casi alcanza el cuarto de millón de euros es una edición limitada que tiene un total de 19,53 quilates entre los diamantes que incorpora. Mide 38,6 cm de largo, 15,8 cm de ancho y 11,9 cm de alto; por lo que podrá adornar cualquier estancia de su acaudalado comprador. Por supuesto, cada ejemplar ha sido hecho de forma artesanal en Suiza.
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