Las grandes compañías automovilísticas se han visto envueltas en múltiples polémicas; la más sonada fue la de Volkswagen y el falseo de las emisiones de sus coches, más conocido como Diéselgate. Ahora vuelve estar en el punto de mira junto a BMW, Daimler, Bosch y ZF tras ser investigadas por un posible pacto de precios en la compra de materias primas, en este caso de acero, para su producción. Hay una sexta empresa implicada cuyo nombre de desconoce.
Las autoridades de Competencia alemanas están investigando a estas empresas por esta presunta práctica ilegal y anticompetitiva, ya que esta asociación trata de evitar la competencia y controlar la producción, venta y los precios de determinadas mercancías.
Todas estas empresas, de origen alemán, afirman estar colaborando con las autoridades alemanas. Según Bloomerg, de confirmarse es fraude, la multa podría suponer hasta el 10% de la facturación de las compañías implicadas. Un buen pellizco. Cada coche lleva en su estructura una media de 900 kilos de acero, y los fabricantes de coches son uno de los pilares de la economía alemana, por lo que este nuevo escándalo supone otro varapalo en la imagen de los gigantes de la automoción, sobre todo para Volkswagen.
Los errores se pagan
A este posible cártel se le suma otra mala noticia. Este lunes el Gobierno de Corea del Sur ha anunciado que prohibirá la venta de vehículos Volkswagen por estar bajo sospecha de haber obtenido el certificado de las autoridades locales mediante informes falsificados sobre las emisiones, nivel de ruidos y la eficiencia de combustible. De verificarse las irregularidades, la venta de los coches que no hayan sido vendidos hasta la fecha será prohibida y aquellos ya vendidos serán retirados.
Se estima que la cifra de vehículos afectados se sitúa entre 100.000 y 150.000 unidades. Días antes de que el anuncio saliera a la luz, un ex director administrativo de la firma en Korea fue detenido por su presunta implicación en el fraude de la compañía.
Vía: Motor1, El Economista
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