En 2022, todos los nuevos vehículos comercializados en suelo europeo tendrán que equipar de forma obligatoria un sistema que registre todos los datos de nuestros viajes para que puedan ser utilizados en caso de que ocurra un accidente. Hablamos de las llamadas cajas negras para coches, similares a la que llevan los aviones, aunque sin la capacidad de grabar imagen o audio. Y aunque ni una ni otra son de color negro, la gran pregunta es: ¿Cómo funcionan?
Si se sufre un accidente, este dispositivo grabará todos los datos durante los 30 segundos previos al siniestro y los cinco posteriores. Así, se conocerá la velocidad, el comportamiento del vehículo, el estado de los sistemas de seguridad (como el uso del cinturón de seguridad o los airbags), la ubicación, los movimientos de la dirección, la aceleración y la desaceleración, la participación del ESP y el ABS o incluso el ángulo de balanceo de la carrocería. Por tanto, investigar el accidente solo implica conectar la susodicha caja negra a un ordenador para obtener todos los datos.
Esta tecnología, llamada EDR (Event Data Recorder o Registrador de Datos de Eventos), se ubica normalmente en la centralita del airbag (en el salpicadero o bajo el asiento del conductor). En un primer momento, el EDR fue concebido para obtener información sobre las circunstancias y el modo en el que se activaban los airbag con el fin de mejorar y optimizarlos. Y aunque hoy en día todavía no capturen imagen y sonido, no podemos descartar que los sistemas de asistencia a la conducción basados en la visión artificial registren los fotogramas previos a una colisión.
Por ahora, los datos recopilados por un EDR pueden variar según el fabricante del vehículo, el modelo y el propio dispositivo en sí. Sin embargo, suelen capturar 15 o más variables que son monitoreadas unos 20 segundos antes del choque y entre 5 y 10 segundos después de este. En adición a los parámetros ya mencionados, algunos EDR también registran el tiempo del viaje, la hora del día en que ocurrió el accidente y la ruta. Eso sí, todo queda guardado siempre y cuando el vehículo está encendido; un accidente sin el contacto puesto no retiene ninguna información.
¿De qué están hechas las cajas negras para coches?
Atornilladas fuertemente al chasis, las cajas negras para coches tienen el tamaño de una pitillera de tabaco, aunque en lugar de aluminio se emplea acero. Contiene todo el cableado de la red de datos del sistema de airbags y está conectado a la red de datos del habitáculo. En su interior hay una serie de condensadores eléctricos que se ocupan de proporcionar el pulso de corriente necesario activar los airbag en caso de impacto. Asimismo, hay un procesador principal, algunos amplificadores y un chip de memoria en el que se graban siempre los últimos 35 segundos de viaje.
Legalmente, ¿cómo influyen los datos de las cajas negras?
No es raro tener una disputa sobre quién causó un accidente. Es normal escuchar acusaciones de que el otro coche iba demasiado rápido o iba despistado. Desafortunadamente, en muchas ocasiones no se presentan testigos independientes para compartir los recuerdos de los hechos y nos quedamos con un caso típico, “él dijo que el otro dijo…”. Sin embargo, gracias a los datos que registran las cajas negras automotrices, no hay una escala de grises, pues se chiva de todo lo que ocurrió en los instantes previos y durante el choque.
La información y datos recogidos en la caja negra están codificados y protegidos, de manera que se requieren herramientas y conocimientos específicos, tanto para extraer la información como para analizar e interpretar los datos. Cabe remarcar de nuevo que un EDR sólo registra datos en situaciones concretas, y no se guardan datos personales como el nombre, la edad o el sexo del conductor. Sin embargo, las terceras partes como la policía podrían combinar estos datos con el resto que se piden a modo de identificación durante la investigación de un accidente.
Eso sí, a una caja negra puede acceder casi cualquier persona, salvo tú. Se requieren dos cosas para ello: acceso físico al coche y un sistema dedicado que permita descargar los datos del EDR de un vehículo conectando un cable a la toma de diagnosis (puerto EOBD). Generalmente, en la lista de personas con acceso está incluido el personal de tu compañía de seguros (les das permiso al aceptar la cláusula que indica que autorizas a la compañía a recopilar tanta información como considere necesaria durante la investigación de un accidente) y, lógicamente, la policía.
Al final, dado que las cajas negras de coches solo recopilarán información en un periodo anterior y posterior al accidente, permiten reconstruir momentos previos, conocer las causas de siniestro y evaluar los sistemas de seguridad del propio vehículo. Desde la Unión Europea (UE), consideran que la tecnología EDR es una herramienta muy útil a la hora de mejorar la seguridad. Además, toda esa información puede influir positivamente en los conductores, dado que, al realizar una constante evaluación de nuestra forma de conducir, es posible que intentemos mejorar.