El concepto de suscribirse a un coche se nos antoja ideal para usuarios particulares. Si tenemos que pensar en el comprador ideal (o suscriptor ideal) sería una persona, residente en una gran urbe, de corte urbano que necesita un coche para momentos puntuales a lo largo del año. También añadimos a este corte poblacional el factor de que disponer de un vehículo solo cuando lo vas a necesitar es sinónimo de despreocupación y de gasto controlado.
Ahora bien, si nos movemos a un entorno empresarial, a algo más Business to business (B2B) y no tan consumidor final, la alternativa del coche de suscripción también es algo a tener en cuenta entre las fórmulas habituales de que tu jefe «te ponga un coche de empresa».
La suscripción de coches en empresas
Igual que nos pasa con la suscripción de coche para particulares tenemos una serie de factores que nos pueden ayudar para decantarnos por las fórmulas tradicionales del renting o el leasing. Estos dos palabros que nacen en los entornos personales también han llegado a la vida cotidiana y por ende, el coche de suscripción también.
Cuando «nos ponen coche de empresa» estamos recibiendo una aportación por parte de nuestros empleadores que tiene ciertas ventajas para ambas partes. Si bien con el renting o leasing los temas burocráticos internos son más directos, con el coche de suscripción para empleados podemos hablar de las siguientes ventajas:
Algunas ventajas:
- Ideal para la retribución flexible: Según dice la teoría, con una retribución flexible (cheques comida, transporte o guardería) se permite a los trabajadores tener mayor poder adquisitivo sin que incremente el coste salarial para la empresa. El coche de suscripción en la empresa ayuda en este aspecto ya que las empresas prestatarias del servicio se encargan de prácticamente todo, descargando el trabajo a los departamentos de RRHH.
- Solución comprometida ecológicamente: Si en vuestra empresa existen ciertas políticas de neutralidad en carbono, el coche de suscripción es un apoyo extra al no tener que comprar / alquilar un coche durante un tiempo determinado.
- Flexibilidad acorde al empleado: A colación del punto anterior, si añadimos en la nómina el coche a un empleado y en equis meses deja la empresa, el renting obliga al departamento de RRHH a hacer encaje de bolillos con el coche o a pagar una penalización por entrega anticipada. Con el coche de suscripción, la empresa puede cancelar sin tipo de penalización.
- Fidelización: El empleado que recibe su primer coche de empresa (por suscripción) por alcanzar sus objetivos es fácilmente reemplazable si al año siguiente (o meses) necesita o tiene una mejora de calidad. Con esto es fácil que adaptemos el coche de empresa al empleado, no solo por meritocracia si no por necesidades familiares.
- Modelos: Como el concepto de «coche de suscripción» es relativamente nuevo, es raro encontrar empresas que nos ofrezcan coches desfasados en motor y tecnología, por lo que al suscribirnos a este modelo, tendremos un catálogo de coches actualizado y con kilometrajes bastante razonables.
En el resto de servicios no cambia nada: seguros, multas, mantenimientos y cambios de coche están incluidos en la cuota que se paga por el vehículo como un paquete cerrado.