En época de crisis las iniciativas se agudizan. Todos quieren disfrutar de un merecido descanso pero no todos pueden. Por lo que muchos pueden llegar a optar por disfrutar de una pequeña escapada usando el coche como cama. Se trata de una ventaja para ahorrar costes y de una desventaja en lo que a comodidad se refiere.
Tomar la decisión de dormir en el coche implica que somos conscientes de que, dependiendo del destino, vamos a pasar algo de frío o de calor y que la postura que vamos a adquirir no va a ser la mejor del mundo. Por lo tanto para aquellos que tienen problemas de espalda es poco recomendable lanzarse a la aventura de esta forma.
Si el viaje que hemos planteado se realiza en otoño o invierno, es importante tener en cuenta ciertos aspectos fundamentales ya que la temperatura que vamos a sufrir va a ser muy parecida a la de la calle:
1. Llevar un saco de dormir. Se debe utilizar para arroparse. Es indispensable no tener que compartirlo. Si no, lo más seguro, es que se pase el doble de frío.
2. Colocar una braga de cuello hasta la mitad del rostro. También es posible recurrir al saco y que éste te cubra en la misma medida.
3. En caso de no llevar manta, se debe utilizar el propio abrigo.
4. Las ventanas deben permanecer algo abiertas. Se trata de evitar un ambiente enrarecido
Pero, ¿y si viajamos en verano? Entonces debemos olvidarnos de los anteriores consejos y prestar atención a lo recomendable:
1. Las ventanillas deben permanecer abiertas ligeramente para ventilar.
2. Cubrir el interior del coche. De esta forma evitamos el contacto directo con el sol. Además de conservar una temperatura media.
3. Aparcar el coche en un lugar donde haya corriente.
Finalmente la clave para poder disfrutar de un apacible descanso en el coche es disponer de la posición cómoda. Aunque seguramente lo fundamental en este tipo de escapadas sea poder aparcar el coche frente a una playa y poder disfrutar de ese espectáculo que es el amanecer.