Hoy en día la publicidad es un elemento muy cotizado que está presente en buena parte de los elementos que conforman nuestro sistema de vida.
Dejando a un lado la cuestionable honorabilidad de la práctica conocida como hombres anuncio, o lo que es lo mismo, utilizar a una persona como mero soporte publicitario, existe otros mecanismos relativamente novedosos que comienzan a florecer en nuestro país.
Es el caso, por ejemplo, de la colocación de anuncios publicitarios en vehículos particulares, una práctica de la que la empresa Serbecar es pionera en nuestro país. Desde que comenzaron con su actividad allá por 2005, la compañía ha conseguido reunir una flota superior a los 25.000 vehículos entre utilitarios, motocicletas, autobuses o camiones.
No es de extrañar semejante volumen y es que el propietario de un vehículo puede llegar a ingresar hasta 1500 euros, aunque no es una cantidad establecida: «No tenemos tarifas fijas porque cada campaña es diferente entre sí. Todo va en función del tipo de acción, la superficie de rotulación, el modelo de vehículo, etc. Por ejemplo, una acción de un mes se puede llegar a cobrar entre 100 y 600 euros. Pero hay campañas de cuatro días que se pagan entre 400 y 800. O por dos noches, un particular puede ganar entre 1.200 y 1.500 euros», explica Francisco Barrado, director general de Serbecar.
Los interesados solo tienen que darse de alta en la web de Serbecar rellenando los datos necesarios. Cuando su vehículo reuna las características necesarias que exige un anunciante se le colocará un vinilo con el mensaje en cuestión que el usuario se compromete a llevar duante un tiempo determinado.
Los responsables de esta empresa, natural de Zaragoza, admiten que la incipiente crisis económica ha aumentado considerablemente el número de solicitudes: «En tiempos difíciles como los actuales y ante la posibilidad de poder ganar un dinero extra, hay un incremento de particulares que se dan de alta en nuestra web. No somos una solución para la crisis, pero a algunos les puede ayudar un poco», concluye Barrado.
Vía: Heraldo