Los elevados precios de los coches llevan a que cada vez se apueste más por financiar el coche, con el objetivo de poder acceder a él más rápido sin tener que realizar el ahorro, a cambio de pagar una cuota durante un determinado número de meses y una serie de intereses por ese préstamo.
Podemos distinguir dos grandes tipos de financiación de coches, en función de quién es el prestamista:
Financiación de concesionario
El negocio principal de un concesionario de automóviles es la venta de coches. Sin embargo, en los últimos años las marcas cuentan con financieras que ofrecen estos servicios como una segunda vía de negocio. Tienen diversas ventajas:
- Descuentos: El precio base del vehículo es menor cuando se financia con ellos.
- Rapidez: Al no depender de la aprobación de un tercero, la gestión del préstamo suele ir más rápida. Y en ocasiones pueden aceptar como parte del pago un coche usado, evitando al particular venderlo por sí mismo.
- Servicios: La concesión puede ofrecerte, al contratar con ellos la financiación, desde ampliaciones de garantía, descuentos en taller…
No es perfecto, como todo. A pesar del descuento, normalmente el interés a pagar es más alto… y además suelen ir acompañados de un compromiso de permanencia so pena de perder ese descuento si pretender amortizar el crédito antes de tiempo.
Además, para dificultar la comparación con otras fórmulas, no se trata de una tasa sobre una cifra concreta, ya que hay que tener en cuenta impuestos, entradas y cuota final, seguros… que suele ser más complicado de entender. Puede interesar si no tienes intención de vender el coche antes de que venza el contrato, ya que suelen poner más trabas cuando eso ocurre.
Financiación bancaria
Se trata de la financiación habitual. Uno solicita en una entidad un préstamo personal para adquirir un coche. La mayoría de bancos cuenta con productos especialmente ideados para la compra de vehículos. Sus ventajas son diversas.
- Intereses más bajos: El TIN (Tasa De Interés Nominal) y el TAE (Tasa Anual Equivalente) acostumbran a ser más competitivos que los de los concesionarios.
- Transparencia: Los contratos suelen tener menos cláusulas que los de los concesionarios, son más fáciles de entender.
- Venta del vehículo: Si no confías en tu estabilidad financiera a medio plazo, suele ser más sencillo vender el coche con estos créditos al consumo para luego financiar la deuda (salvo que cuente con reserva de dominio).
Eso sí, cuando financias con una entidad externa al concesionario el precio base del coche suele ser mayor. El motivo es obvio: pierde una segunda vía de ganar dinero con el cliente. Por eso es conveniente al negociar un precio del coche conocer el descuento tanto si se financia como si no. Un banco tampoco te ofrecerá otros servicios relacionados con el coche o su mantenimiento (extras, descuentos en taller…), ya que no es su negocio. Y (esto varía según la entidad), no suelen financiar más del 80 % del valor de un coche.