José Manual Cano no pisa una gasolinera. Solo en contadas ocasiones acude a una estación de servicio para «echar únicamente 10 euros, cuando estaba en la reserva y tenía mucha prisa» y es que este murciano fabrica su propio carburante.
Aficionado a los experimentos todo comenzó probando con aceite de girasol nuevo. Virtió un poco del líquido en un vaso y preparó un reactivo de metanol con hidróxido de carbono, formando metóxido sódico, un elemento «que hay que manejarlo con cuidado, es inflamable, tóxico y corrosivo» advierte Cano.
Después de juntarlo, removió la mezcla con una cuchara de acero durante varios mninutos y tras una hora de reposo, en la parte superior había quedado biodiésel y en el fondo la glicerina, o lo que es lo mismo, ya tenía combustible para su vehículo.
Tras el éxito de la primera prueba el reto consistía en intentarlo con aceite usado y aunque con algún inconveniente más también lo consiguió. El primer paso consiste en filtrar el aceite para retirar los restos de alimentos y después calentarlo, eliminando así el agua que pueda contener. Después con las precauciones pertinentes solo hay que preparar el metóxido y lavar el biocarburante con agua para eliminar los restos de otros compuestos. Y ya está todo listo para alimentar el vehículo.
Pasaron los meses y José Manuel decidió dar un paso más allá construyendo un pequeño reactor con el motor de una lavadora, una resistencia eléctrica y un bote de pintura. Así podía mantener la temperatura requerida y remover la mezcla sin que se escapasen vapores tóxicos, aumentando de tal forma las medidas de seguridad.
José Manuel Cano empezó con un vaso y ahora siete años después fabrica 150 litros de biodiésel gracias a la ampliación del reactor que instaló en el patio de su casa. “Nunca he tenido un problema mecánico, es maravilloso”, declara entusiasmado José Manuel que asegura que el coste estimado de fabricar el biodiésel en casa es de aproximadamente 18 céntimos el litro.
Según explica en una entrevista concedida a ELPAÍS, lo más complicado es encontrar un suministro fijo de aceite, aunque con la ayuda de algún bar consigue salir del paso.
Miguel Villa, consejero delegado de Stocks del Vallés, principal fabricante español de este tipo de biodiésel asegura que «cualquiera puede fabricarlo en la cocina de su casa, la transesterificación es fácil y está todo en Internet, pero lo que es ya más complicado es que cumpla con la normativa de calidad, la N14214, exigida para su venta al público».
Vía: ELPAÍS