Cada vez se oye más el concepto de «última milla» cuando hablamos de movilidad urbana, la respuesta para moverse hasta destino desde el lugar donde uno aparca el coche o deja el transporte público. De ahí el auge de patinetes o bicis eléctricas. ¿Y para quien no quiera o pueda usar estos vehículosm, en una sociedad cada ve más envejecida? Habría que diseñar nuevos buses urbanos… como estos.
Este autobús autónomo, diseñado por los estudiantes Kilian Wiesmann y Nils Achenbach, pretende reinventar el viaje de última milla con un diseño minimalista y transparente. Campus Shuttle, que así se llama el invento, se ha fabricado con paneles de vidrio curvo y una estructura de aluminio.
Y es que lejos de la revolución que se vive en las oficinas y urbanismo ciudadano, pocos cambios se prevén el las líneas de autobuses y trenes de cercanías, que se antojan anticuados en el nuevo paradigma.
Los diseñadores priorizaron la versatilidad y la accesibilidad para garantizar un viaje suave para todos. El acceso para sillas de ruedas se realiza a través de una rampa retráctil que une el borde de la acera con la entrada de la lanzadera. Pensado como vehículo autónomo sin conductor, se comunica con otros vehículos en ruta mediante luces de señalización LED.
Entrar en el Campus Shuttle es tan sencillo como desbloquear un teléfono móvil, bien con un código de barras del billete o pagandolo desde el móvil. Hay asientos retráctiles alineados por todo el perímetro interior, para ofrece flexibilidad y más espacio si es menester. En el centro, un centro de información interactivo da datos sobre la ruta y la ciudad.
Un vehículo así se ha pensado para transportar pasajeros entre áreas de alto tráfico (aeropuertos, campus, edificios de oficinas). La idea de los diseñadores es reducir el tráfico privado en las grandes ciudades, que se demuestra en muchas ocasiones ineficiente. Quizá con un vehículo así, tan minimalista y que parece flotar sobre el asfalto, puede conseguirse incentivar su uso.
Fuente: Kilian Wiesmann, Nils Achenbach