¿Alguna vez has visto una bicicleta que se convierte en cama? ¿O una cocina? ¿Un escritorio de trabajo, tal vez? Bueno, estás a punto de hacerlo porque este prototipo lo hace todo y más. Se llama Cercle y es una casa móvil sobre dos ruedas, algo así como una bicicleta y una autocaravana. En pocas palabras, es un vehículo destinado para viajar allá donde desees solo con el impulso de tus piernas. Conozcámoslo de primera mano.
Para su tesis de licenciatura en la Universidad de Ciencias Aplicadas FH Joanneum de la ciudad de Graz, Austria, el estudiante de Diseño Industrial Bernhard Sobotta se hizo una pregunta: ¿Se puede integrar una pernoctación en una bicicleta? La idea primigenia del joven era combinar la versatilidad de una bicicleta de carga con un cuadro donde se pudiese instalar una hamaca. El pensamiento inicial fue un paso más allá, ya que Sobotta no lo quería únicamente una bici en la que poder dormir, sino algo que se adaptara a cualquier necesidad: un hogar.
“Cercle ofrece una respuesta profesional a todas las áreas de la vida nómada diaria a través de una geometría de armazón modificada y una construcción que integra la cama, una silla y una mesa. Simplemente plegando el somier, cualquier lugar puede convertirse en un campamento. La mesa de altura ajustable y la construcción de la cama convertida en silla proporcionan en su conjunto un lugar de teletrabajo. El cómputo ofrece seguridad y permite que el aventurero se fusione con su vehículo”. Así es como defendió Sobotta su propuesta en 2019.
En una entrevista con Bike Citizens, Sobotta analizó el inicio y desarrollo continuo del proyecto. “Hasta ahora, las bicicletas de turismo se basan en una pregunta inicial muy limitada: ¿Cómo debe verse una máquina que sea ligera y duradera para poder conducirla por el mundo por ti mismo? Esa fue una pregunta buena e importante, y fue respondida de forma satisfactoria con la Cercle”, dijo. Su invención todavía está en una fase de prototipo, pero en 2022 planea llevar la bicicleta por el mundo para recopilar más información que verterá en una versión 2.0.
Aproximadamente, Sobotta necesitó un año de bocetos y trabajos antes de construir el primer prototipo. Estaba hecho de tres ciclos viejos y oxidados diferentes que se cortaron por la mitad y se ensamblaron alrededor de un círculo de acero. Muy pronto, el artilugio estaba listo para su primera prueba en la carretera. El ciclista, junto con su amigo William Cornwell, llevó esta “bicicleta-autocaravana low-cost” a hacer una prueba de conducción de casi 1.000 kilómetros. Incluso en comprobaron que podía subir a un tren o autobús, a pesar de su “exceso longitud”.
Como decíamos, el chasis acoge una de cama, una silla/tumbona y una mesa, lo que convierte un paseo normal en una experiencia de campamento completa. Además, la bicicleta tiene una carpa fijada a su estructura que se despliega para proporcionar el suficiente espacio para una persona. Y si bien puede parecer que el módulo es bastante pesado con todo lo que equipa, en realidad pesa solo 3,5 kilos. Un pequeño inconveniente quizá es la disposición de los controles, ya que el cuadro circular y la generosa distancia entre ejes obligan a redistribuirlos.
“Cuando viajas, no solo quieres avanzar, también quieres comer, descansar, dormir. Preguntas que te haces una y otra vez: ¿Dónde puedo sentarme y relajarme para tomarme un refrigerio? ¿Dónde puedo encontrar un lugar para la carpa que esté razonablemente nivelado, limpio y tal vez incluso seco? ¿Dejo mis alforjas afuera hoy o prefiero llevarlas a mi carpa para que estén a salvo? Estas preguntas aún no han sido respondidas adecuadamente con respecto a la bicicleta de turismo, por lo que todavía hay mucho margen para un mayor desarrollo e innovación”, declara Sobotta.
Fuente: Bike Citizens
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