Corría el histórico año 1989, el polémico muro de Berlín es derribado y al otro lado del charco, las tiendas de discos se llenan con la cara de Madona y su canción «Like a Prayer». Al mismo tiempo, mientras se acercaba el cambio de década, un vehículo circula de forma autónoma en los alrededores del campus Universitario Carnegie Mellon.
Se trata de ALVINN, Autonomous Land Vehicle In a Neural Network, y es una ambulancia de la armada en pruebas del sistema que hoy conocemos como de conducción autónoma. Por lo general, se suele pensar que la tecnología autónoma es un invento de hace poco y no es así. Este vehículo demuestra cómo la conducción sin asistencia humana cuenta con hasta 30 décadas de antigüedad.
El primer vehículo controlado por un ordenador nacía en el año 1984 en la universidad Carnegie Mellon y se materializaba en 1986 con el nombre de Navlab 1. En vídeo podemos observar como el test con ALVINN tampoco era la alegría de la huerta ya que no superaba los 70 metros por hora.
Pioneros de la automoción
Según Dean Pomerleau, profesor en la universidad Carnegie Mellon e investigador en el proyecto que dio vida al ALVINN, estos estudios marcaron el punto de partida para estudios militares posteriores que han dado lugar a la tecnología de conducción autónoma hoy.
La ambulancia ambulante introdujo conceptos en la automoción como es la red neuronal que enseñaba al vehículo a conducir sin necesidad de utilizar un mapa, como es el caso del coche autónomo de Google. Uber, por su lado, contrató a decenas de expertos en robótica de la CMU para que trabajasen en su tecnología de automoción por lo que muchos de los coches autónomos que hoy circulan remontan sus orígenes a ALVINN.
A día de hoy, parece de sentido común hablar sobre la posibilidad de un coche que se conduzca solo. Hace tan solo unos años, se informaba en el telediario de esta hazaña como una ficción futurista hecha realidad y así se puede ver el siguiente vídeo donde se comentan aspectos de los que seguimos hablando hoy como es la seguridad.
Fuente: The Verge