Los vehículosde tres ruedas siempre han tenido un cierto atractivo. Es difícil no desviar la mirada ante uno, tan acostumbrados a verlos con cuatro o dos neumáticos. Durante algunos momentos en la línea temporal histórica, ha existido cierta intención –y en muchos casos logros conseguidos– de hacer coches más sencillos que los tradicionales, pero más seguros que las motocicletas.
Algunas de estas creaciones huérfanas de una rueda gozaron de notable éxito, mientras que otras fueron épicas fallidas. Otros, ni siquiera se llegaron a materializar en un producto final y tan solo existen en los muesos con el más mínimo recuerdo. Sin embargo, las futuristas líneas de ciertos modelos nos hacen preguntarnos si el cambio de paradigma de cuatro a tres ruedas podría ser una alternativa real al futuro del transporte.
Durante la década de los 70 y 80, estos vehículos fueron muy populares, especialmente en tierras inglesas. Y es que se podían conducir con carné de motocicleta y eran apreciablemente más baratos de adquirir y mantener que sus homólogos de cuatro apoyos. En contrapartida, la mayoría eran poco prácticos en cuanto a espacio se refiere, inestables y desastrosos en muchas líneas generales.
Dicho esto, el concepto, aunque ahora poco popular, continua estando presente en algunos productos fantásticos. La tecnología ha evolucionado lo suficiente para hacer de estos “triciclos” unas máquinas más seguras, eficientes, rápidas y, sobre todo, divertidas. Como veremos ahora, nuestras diez primeras selecciones tienen un poquito de todo:
Campagna T-Rex
Empecemos fuerte. El Campagna T-Rex es un three wheeler cuyo aspecto de insecto agresivo ya es toda una declaración de intenciones. Pero no es solo imponente lo que nuestros ojos ven, sino también lo que hay bajo la piel. Su esqueleto de acero tubular ha acogido a múltiples corazones a lo largo de su vida (1994-2018) y, sin duda, el más destacable fue el último: un seis cilindros en línea de origen BMW.
Con una cilindrada de 1.65 litros, este motor es usado por BMW Motorrad en un K1600. Es un bloque capaz de entregar 160 CV a 7.750 rpm y un par máximo de 174 Nm desde 5.250 rpm. Además, contaba con suspensión ajustable, sistema de frenado de altas prestaciones y numerosos componentes de aluminio y fibra de carbono para mantener el peso lo más reducido posible. ¿El precio? 62.400 euros en 2015.
Benz Patent-Motorwagen
Sin este vehículo, jamás habríamos concebido al coche. Curiosamente, el primer automóvil de la historia equipado por un motor de combustión interna solo tenía tres ruedas. Fue el Benz Patent-Motorwagen, construido en 1885 por Karl Benz, uno de los fundadores de Mercedes-Benz. Su motor monocilíndrico de cuatro tiempos apenas cubicaba 1.0 litro, y podía generar 0,66 CV de potencia.
Para su época era un bloque extremadamente ligero, a pesar de marcar cerca un centenar de kilos en la báscula. En su última evolución, con 2 CV, el vehículo logró alcanzar los 16 km/h, todo un logro. En 1887, se mejoró el conjunto con la adición de ruedas con radios de madera, un depósito de combustible y un freno de tambor (usando zapatas de cuero) para detener las ruedas posteriores.
Craver One
Cuando fue revelado en 1997, el Carver One fue el primer automóvil de la historia con tres ruedas y una carrocería móvil. Tenía dos asientos montados uno detrás del otro, y estaba impulsado por un motor de gasolina de cuatro cilindros y 660 cc, capaz de entregar 68 CV a 6.000 rpm y 100 Nm a 3.200 rpm a las ruedas traseras. Con un peso de 643 kg, alcanzaba los 100 km/h en 8,2 segundos y se plantaba en los 185 km/h.
Homologaba un consumo medio de 5,8 l/100 km, lo cual lo hacía bastante competitivo frente a una motocicleta y un coche. Sin duda, el espíritu de conducción estaba basado plenamente en el mundo de las dos ruedas, pero contaba con la seguridad y estabilidad de uno de cuatro. Se dejó de producir en 2009 tras caer la compañía en quiebra al no poder cumplir con los objetivos de venta. ¿Su precio por entonces? 39.200 euros. Apenas 300 unidades salieron de fábrica.
Mazda K360
Los vehículos de tres ruedas, en su mayoría, son coches de reducido tamaño, poco prácticos si necesitamos cargarlos. Pero, ¿si se hace un triciclo-camioneta? Eso es lo que pensó Mazda cuando el K360 llegó a las calles de Japón en 1959. Y fue un éxito. Pronto se convirtió en uno de los medios de transporte comerciales más populares del país gracias a su excelente maniobrabilidad en las calles estrechas y su elevada capacidad de carga.
A diferencia de lo que había existido hasta entonces, el Mazda K360 ofrecía un volante en lugar de un manillar, un parabrisas y un habitáculo relativamente amplio, con dos asientos, dos puertas y sus correspondientes ventanillas. Su impulso quedaba confiado a un motor de dos cilindros ubicado bajo el culo de los pasajeros. Con 300 cc, entregaba 11 CV y, gracias a una masa de 485 kg, era suficiente para alcanzar los 65 km/h de velocidad máxima.
Elio P5
El Elio P5 es, con total seguridad, el triciclo de esta lista que más se parece a un coche. Fue presentado en 2015 y sus premisas prometían: un precio de partida de 6.070 euros y un consumo medio homologado de 2,8 l/100 km. Debería de haber entrado en producción en algún momento de 2016, pero jamás llegó. La compañía entró en una difícil situación económica que ha impedido a su llegada.
Una pena, pues no sólo sería económico de mantener y adquirir, sino que también contaba con el equipamiento mínimo que esperaríamos de un coche, tales como airbags, aire acondicionado, cierre centralizado e incluso ventanillas eléctricas. El motor iba a ser una unidad tricilíndrica de 0.9 litros de 55 CV, capaz de lanzar al P5 hasta los 159 km/h y rebasar la marca del 0 a 100 km/h en 9,6 segundos.
Reliant Robin
El nombre Reliant ha estado ligado a los coches de tres ruedas desde su nacimiento en 1935. Cualquier modelo de la firma es digno de estar en esta lista, pero el Robin es, quizá, uno de los más conocidos gracias a su aparición en TopGear. Producido en Tamworth, Inglaterra, se ofreció en varias versiones durante un período de 30 años y, de hecho, es el segundo coche con carrocería de vidrio más popular de la historia.
Gracias a esta carcasa, era muy ligero (436 kg), pero también muy inestable. Su pequeño motor de 848 cc emitía 40 CV y 62 Nm a las ruedas posteriores a través de una transmisión manual de cuatro velocidades, suficiente para alcanzar una velocidad máxima de 128 km/h. También se vendió incluso en distintas carrocerías: Hatchback, Estate y Van. ¿Lo mejor? Tenía un precio muy asequible y no necesitabas del carné de coche.
Morgan 3 Wheeler
De entre todos los vehículos de tres ruedas que se han lanzado al Mercado, el Morgan 3 Wheeler es quizás el más destacado con su estética clásica que evoca a los cazas de la Segunda Guerra Mundial. Lo cierto es que, cuando se presentó el prototipo en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2011, no era un concepto nuevo para la casa británica, ya que tantearon esta disposición entre 1932 y 1952.
El tren motriz es un V-Twin de 1.983 cc desarrollado por el especialista S&S. La delgada rueda posterior recibe 82 CV a 5.250 rpm y 140 Nm desde las 3.250 rpm. Con estas cifras, los 525 kg de masa pueden alcanzar los 100 km/h desde parado en seis segundos, y continuar hasta los 185 km/h de velocidad máxima. ¿Lo malo? Su consumo y su precio es sensiblemente alto: 9,3 l/100 km y 53.553 euros respectivamente.
Badsey Bullet
Bill Badsey fue un visionario sudafricano que quiso construir el triciclo más rápido hasta la fecha. Nunca se llegó a confirmar, pero defendía que el Badsey Bullet podía alcanzar una velocidad máxima de 322 km/h (200 mph). El coche empleaba un motor de motocicleta de seis cilindros cortesía de Suzuki, y se dice que solo se produjeron ocho unidades. Sus líneas denotaban velocidad, y la apertura de las puertas llamaba la atención.
Una preculiaridad de su tren motriz está en la transmisión. Para alcanzar unas velocidades puntas tan elevadas, el Badsey Bullet contaba con dos cajas de cambios separadas: una manual de cinco velocidades y otra automática de cuatro para crear un total de 20 relaciones hacia delante. El motor se ubicó entre los asientos del piloto y copiloto, creando cabinas separadas para cada uno.
Corbin Sparrow
Está claro que la belleza de sus proporcionadas líneas no es su punto fuerte. Parece… no sabemos qué parece en realidad. Pero está aquí por la idea que representaba en 1996, cuando se mostró ante el público en el Salón del Automóvil de San Francisco: desplazamientos en entornos urbanos con cero emisiones. Sí, el Corbin Sparrow es eléctrico, de los pocos que existían hace 20 años.
Corbin se declaró en bancarrota en 2003, víctima de mala administración y problemas con los proveedores. 289 Sparrow salieron de la fábrica y, su motor de 20 kW (27,2 CV) le permitían lograr una velocidad máxima de 112 km/h. Su autonomía de 32 a 64 km (variable en función de las condiciones de conducción) equivalían un gasto de combustible equivalente a 1,45 l/100 km.
Egochine B
Y, para terminar, un ejercicio de diseño retro-futurista que parece una cuchilla de afeitar a la que le han brotado ruedas en sus extremos. Paolo De Giusti, el creador de este prototipo, buscaba una imagen limpia y bien apurada, sin dejar detalles al azar. Una parrilla a la antigua que se combina con una carrocería bitono y unos guardabarros acampanados muestran el aspecto clásico. Todo lo demás está más allá del futuro y apunta a la ciencia ficción.
Bajo la carrocería no hay hueco para un motor de combustión interna tradicional, ni para unas baterías que alimenten un sistema eléctrico. El Egochine B está propulsado por células de hidrógeno, acorde a los nuevos tiempos. Paolo creó este concepto para un concurso de diseño propiciado por Peugeot, y quedó entre los finalistas.