¿Alguna vez os habéis preguntado qué modelo es el más raro del mundo? Seguramente éste tiene todas las papeletas para llevarse el premio gordo. Estamos hablando del Karin. Un modelo que vio la luz en 1980, en el Salón de París.
Aquel año Citroën no tenía ninguna novedad relevante. Pero no podían permitirse, en uno de los eventos automovilísticos internacionales más importantes, no presentar ningún diseño. Por lo que a marchas forzadas tuvieron la idea de crear un concept car. El objetivo exhibir su diseño e impactar todo lo posible. De este modo surgió la idea del Citroën más futurista jamás ideado. Aunque, finalmente, el coche nunca saldría al mercado. Lo único que consiguieron fue un apoteósico dominio en los medios de comunicación de la época. Quizá éste fue el mayor logro o el mejor.
La realidad es que el Citroën Karin sólo fue un experimento estilístico muy extravagante. ¿Quién fue el encargado de tal iniciativa? Trevor Fiore. Y tuvo la ocurrencia de emplear superficies trapezoidales para conseguir una imagen similar a las tan conocidas y misteriosas pirámides.
La misma originalidad exterior se intentó buscar en el interior. Para ello se decidió crear un habitáculo de tres plazas. La primera de ellas, la del conductor. Éste se situaba en posición central. Un poco más adelantada que el resto de plazas. La segunda y la tercera estaban ubicadas a los laterales. Algo realmente insólito, ¿verdad?
El mismo impacto provocó tanto el volante como la instrumentación. El hecho es que la inspiración llegó de las manos de las películas de ciencia-ficción futuristas.
De todas formas debemos ser conscientes que los diseños de Citroën siempre han sido bastante innovadores. Han intentado adelantarse a los tiempos, a pesar de que en muchos momentos, el sector no estaba muy por la labor de tanta innovación. Pero en esta ocasión se lucieron. Nadie se esperaba algo tan singular.
Citroën Karin, un coche único que merece un reconocimiento especial.
Vía | Carstyling