Desde que adquirió la Estación Central de Michigan (en Detroit, EE. UU.) en junio de 2018, Ford ha trabajado arduamente para restaurar la propiedad a su antigua gloria. En el proceso, los trabajadores han hecho decenas de descubrimientos fascinantes, desde aposentos sellados hasta artículos perdidos hace décadas. Y de entre estos últimos, destacó uno muy especial: un botellín de cerveza que contenía una nota manuscrita de 1913. Los historiadores de Ford creen que se dejó intencionalmente.
Los equipos que trabajaban en la estación de Michigan tropezaron con un tercio de cerveza Stroh, anterior a la “Prohibición” en el país norteamericano (entre el 17 de enero de 1920 y el 6 de diciembre de 1933) con un mensaje misterioso cuidadosamente enrollado y metido en su interior. Los chicos de Ford retiraron el papel de periódico para revelar un mensaje que, de primeras, se cree que fue escrito por dos hombres que trabajaron en la construcción de la estación en 1913, aunque la totalidad del mensaje no está claro.
Los equipos de construcción que trabajan en la transformación de la susodicha están en el proceso de restaurar las áreas más destacadas del edificio de estilo Beaux Arts en la planta baja, incluida la explanada, la galería, el vestíbulo, el restaurante y la sala de espera, la cual está llena de andamios del suelo al techo. Esta fase incluye reparaciones de mampostería y yeserías, incluida la recreación de la apariencia ornamentada de imitación de piedra que se sumó al brillo original. Y así es como un equipo descubrió el artefacto.
El embotellado, con la fecha “7-19-13”, fue descubierto alrededor de las 18:00 horas del 4 de mayo por Lukas Nielsen y Leo Kimble, obrero y capataz respectivamente de Homrich, una empresa contratista de restauración de yeso que trabaja en el salón de té de la estación. Y a pesar de lo difícil que resistir la tentación, ambos compañeros fueron elogiados por no abrir ellos mismos la botella. “Fue extremadamente tentador, realmente lo fue”, explicó Nielsen. “Si hubiéramos hecho algo para eliminarlo, lo habríamos destruido”.
Para meternos más en contexto, Nielsen y Kimble estaban en un elevador para llegar a una sección elevada de la cornisa de yeso que se quitaría de la pared. En ese momento, Nielsen notó algo detrás de la cornisa: una botella de vidrio colocada boca abajo y situada detrás de la moldura de techo de la pared. Kimble estaba a punto de golpear la pared cuando Nielsen lo detuvo. Dejaron de trabajar y quitaron la botella. Los hombres, llenos de entusiasmo, regresaron al piso a las 18:45 h, y llevaron la botella a su supervisor.
David Kampo, superintendente de proyectos de Christman-Brinker, es la persona al cargo del equipo de construcción que lidera el proyecto de restauración. Más tarde en esa noche, también encontraron un botón del mono que se cree que se le cayó a un trabajador durante la construcción original. También se halló dentro de la pared. A principios de la década de 1900, cuando se construyó la estación, los monos “Detroit Special” de Finck eran sinónimo de prendas de mezclilla (tejido vaquero) de calidad para los obreros.
“Creo que la botella se dejó allí con la esperanza de que alguien la encontrase en el futuro”, dijo Campo. Nielsen y Kimble, que han encontrado otros tantos recipientes añejos dentro de la estación, aunque sin notas misteriosas en el interior, mencionaron que es raro encontrar artefactos en los sitios de construcción porque se destruyen con facilidad. En el transcurso de la renovación anual de Ford, se han encontrado más de 200 elementos, incluidos casi un centenar que se han utilizado para replicar nuevas piezas del edificio.
“Los artículos que se han encontrado muestran el cuidado que cada uno de los trabajadores de la construcción está tomando”, mencionó Rich Bardelli, director de la construcción de la firma del óvalo azul para el proyecto de desarrollo de Michigan Central. “Lo vieron y sabían que era importante, así que nos lo trajeron. Mi reacción fue esperar a abrirlo y asegurarme de que lo hacemos bien”. El papel que contiene el mensaje será cuidado con delicadeza por los historiadores de Ford en su espacio con temperatura controlada.
“Lo principal que tienes que hacer es frenar el deterioro del papel”, dijo el director de marca y patrimonio, Ted Ryan. “Con la botella es relativamente fácil, es de vidrio; pero tendremos que asegurarnos también de que el resto de la nota no se deteriora. Es como las piezas de un coche clásico”. Como tal, tanto la botella como el mensaje que ha guardado celosamente más de un siglo, se reubicará en el espacio de archivos especialmente diseñado de Ford en Dearborn, para integrarse en la colección más grande de la compañía.
Otros hallazgos recientes incluyen un platillo de un juego de porcelana, que se recuperó en el sótano. Durante la remoción de un hueco de ascensor, se descubrió una habitación en un nivel intermedio que contenía una máquina de sumar, zapatos de bebé, zapatos de mujer y otros artículos. También se han descubierto tickets y libros de pago antiguos para facturas y recibos. Una vieja botella de limpiabotas Shinola fue encontrada cerca, en la antigua fábrica de bronce junto a la fábrica que, en los años 20, “levantó” la ciudad.
Nielsen, residente de Garden City que ha vivido en el área de Detroit desde su nacimiento, comenzó a trabajar en la restauración de la estación de Michigan Central en febrero. Explicó que espera que el mensaje en la botella sea algo importante que se relacione con el edificio. “Pasaba por delante y me preguntaba qué pasaría con la estación de tren”, declara. “Ahora vamos a ser parte de la historia del edificio. Es bueno ver que se revitaliza después de estar abandonado durante tanto tiempo”. Al final, es historia de la automoción.
Ford compró la estación de tren en 2018, comenzando el proyecto de preservación poco después. Cuando terminen las obras, se convertirá en la pieza central de Michigan Central, un distrito de innovación de movilidad de 30 acres en Corktown que presenta una mezcla de tiendas, restaurantes y servicios comunitarios, y promete espacios dinámicos para que los empleados de Ford y los socios de innovación de la compañía desarrollen, prueben y lancen nuevas soluciones para resolver los desafíos del transporte urbano.
Hay más de 400 trabajadores que actualmente trabajan en el sitio diariamente, haciendo reparaciones de mampostería e instalando techos, suelos, ventanas, plomería y sistemas eléctricos. Los equipos también están ocupados restaurando el magnífico techo abovedado de Guastavino en la antigua sala de espera –que cuenta con tres arcos autoportantes– y arreglando cornisas de terracota y capiteles de piedra caliza en el exterior del edificio. La construcción de este icónico edificio se completará a finales de 2022.
Fuente: Ford
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