El 29 de agosto de 1940, nacía el hombre que establecería el récord de velocidad en 1.000 km/h. Su nombre es Gary Gabelich, un americano de origen croata que superó esta barrera de velocidad subido a su automóvil Blue Flame, o «llama azul» en su traducción al español. El récord fue establecido en 1.000 km/h el 23 de octubre de 1970 y se mantuvo imbatible durante trece años.
Reaction Dynamics era la empresa propietaria del vehículo y buscaba a un conductor que fuera capaz de manejar los 11 metros y más de 2.000 kilos que medía y pesaba el Blue Flame. Propulsado por cohetes, contaba con neumáticos especiales para superar precisamente ese récord y utilizaba como combustible una mezcla similar a la que utilizan los cohetes lanzados al espacio.
Gary no fue la primera opción de la compañía. El primer elegido fue quien, por aquel entonces, ostentaba el récord, Craig Breedlove, pero pedía demasiado dinero. La segunda opción de la empresa fue Chuck Suba, pero murió antes de poder realizar la carrera en un accidente en una competición. A la tercera va la vencida y Gabelich fue su tercera opción.
Gary era un piloto de la NASA. Con esa relación con la empresa aeronáutica, y el resto de condicionantes técnicos, pudo superar el anterior récord establecido en 966 km/h por el Espíritu de América. De esta manera, pasó a la historia en el libro Guinness de los Records hasta que, en 1983, su récord fue superado por Richard Noble .
Pero no todo fue llegar y besar el santo. La proeza de Gary le costó varios intentos, con un pequeño accidente incluido para pasar el 1,1% reglamentario establecido por el organismo internacional de récords. El lugar donde se realizó la hazaña fue en las salinas de Bonneville, un desierto de sal de 260 km2, situado en el estado de Utah, terreno que ha sido testigo de numerosas carreras de velocidad y récords mundiales.
El éxito no era algo nuevo para Gary que llevaba cosechando premios desde que comenzó a competir a los dieciséis años en el Stock Elimator Drag Racin en Santa Ana, California. Un año más tarde, a los 17, ganó el primer mundial de Side-by-side jet dragster a más de 400 km/h. Entre otros logros se encuentra el United Drag Racing Association en 1963.
La comunidad americana le otorgó su merecido reconocimiento y en 1985 la ciudad de Long Beach le daba su nombre a un parque. Cabe mencionar además de su carrera sobre el suelo firme, Gabelich también rompió récords en el agua. Quedó primero en dos de los campeonato nacionales de barcos organizados por la American Power Boat Association. Sobre un barco también superó los 400 km/h en un barco de arrastre en una distancia de 400 metros.
Mar, tierra y aire. Amante de las alturas, Gabelich también se atrevió a conquistar el cielo mientras trabajaba en North American Aviation a finales de los 50 cuando se ofreció voluntario para hacer de paracaidista a 9 kilómetros de altura.
Moto, coche, barco y paracaídas, Gary no conocía límites en el mundo de automoción. Lástima que el mundo que le dio tanto durante su vida también supuso el fin de ella y en el 29 de enero de 1984 moría a los 43 años en un accidente de moto. Los restos del vehículo con el que superó el récord de velocidad descansan en el Auto und Technik Museum en Sinsheim, Alemania.
Este es un breve documental, titulado Break the Record, que muestra cómo se logró esta hazaña (está en inglés, pero merece la pena):