Viajar por carretera nacional tiene su encanto. Mentira, a no ser que seas un turista con ganas de contemplar la idiosincracia de la España profunda y con baches, las nacionales son una antigualla que nadie desea para un viaje largo. Pero el bolsillo es siempre una fuerza mayor y en tiempos de crisis más valen baches y atascos que peajes.
Las nacionales vuelven a estar llenas y es que con más de cuatro millones de parados y una economía en pleno estancamiento, el dinero por levantar la valla del peaje es hoy un lujo innecesario para muchos.
Las autopistas de coste se vacían año tras año, al menos eso es lo que se desprende del índice IMD (Intensidad Media Diaria) que refleja el número de vehículos que circulan por las autopistas de peaje y que confirma en su último dato un descenso de hasta el 7%, un dato negativo sin precedentes en los últimos 20 años que es todavía más grave en los vehículos pesados, con una bajada que llegó al 17.2%.
Hay que remontarse a 2006 para encontrar un dato positivo, cuando el número de coches que circulaban por las autopistas de peaje subió un 4%. Aún así, una cifra muy alejada de los años de bonanza, allá por el final de la década de los 90, con repuntes que superaban el 10%.
Entre las más perjudicadas se encuentran las radiales, sobretodo las de acceso a Madrid. Ni las 4 autopistas de peaje ni la M12 alcanzan un tercio del tráfico previsto por sus responsables, cifrado entre los 35.000 y los 69.000 vehículos, y cuya dato real oscila entre los 10.000 y los 18.000 vehículos.
Aunque los responsables esperan una moderación en la caída para 2011, el Gobierno tiene previsto inyectar má de 80 milllones de dólares a ocho sociedades concesionarias de autopistas de peaje, que se encuentran en una situación de quiebra inminente.
Y es que según ha reconocido el Ministerio de Fomento, las autopistas de peaje acumulan pérdidas desde 2007 y el agujero económico en las radiales supera ya los 3000 millones de euros. Pese a todo, de bajar el precio de paso, de momento, ni hablar.