Un estudio elaborado por la plataforma de vehículos online AutoScout24 , realizado entre cerca de un millar de usuarios, señala que el motivo principal para eludir la compra de un vehículo de un fumador es el mal olor que desprende el interior de estos vehículos. Un 42% no lo compraría en ningún caso. Otro factor de rechazo para el 16% de los españoles es que están peor cuidados, lo cual se aprecia en su aspecto general «menos presentable» que el de los no fumadores.
Esta circunstancia refuerza el hecho de que seis de cada diez españoles (un 61%) no permitirían fumar en su coche a ninguno de los pasajeros por la senciilla razón de que «echaría a perder el ambientador». Pese a estas convicciones, casi dos de cada diez reconocen que podrían llegar a cambiar de opinión si el/la acompañante «está de buen ver», mientras que un 21% siempre permitiría fumar libremente a sus acompañantes.
Más allá del ambiente, la cuestión sobre si se debe permitir fumar por motivos de seguridad vial sigue dividiendo a los españoles, como prueba el hecho de que casi la mitad considere «el pitillo» como una distracción al volante. Por el contrario, son menos (47%) quienes consideran este hábito prácticamente irrelevante.
El tabaco genera un sentimiento de rechazo entre los automovilistas, según el estudio. Seis de cada diez españoles creen que el endurecimiento de la Ley Antitabaco «va por buen camino» o «se queda incluso corta» ya que debería ser más dura para que fuera realmente efectiva. Sólo un 28% es contrario a esta normativa por pensar que demoniza en exceso a los fumadores y terminará tratándolos como «criminales».
Sin embargo, pese a este rechazo, la mayoría de los españoles (52%) considera el interior del vehículo como un «reducto de libertad» de la persona, por lo que rechazan que se instrumente la Ley Antitabaco para prohibir fumar en el coche, una cifra sorprendente teniendo en cuenta que más de la mitad de los encuestados no fuman (55%).
El estudio establece una relación entre el tipo fumador y el modelo de coche más aocrde. Así, la mayoría de los españoles asocian a quien fuma cigarrillos convencionales con un automóvil tipo berlina. En cambio, un fumador de pipa se relaciona con un vehículo clásico, menos frecuente en las carreteras.
Los fumadores que recurren al tabaco de liar, se asocian con un vehículo utilitario curtido, mientras que son fáciles de imaginar a los de boquilla en un automóvil descapotable o en una berlina.
Quienes fuman cigarrillos mentolados se asociaría con un vehículo eléctrico quizá por su carácter «verde», mientras que un fumador de puros estaría mejor ubicado en un coche clásico.