El mundo de los drones y los vehículos aéreos no tripulados sigue despertando un gran interés, no sólo dentro de las grandes compañías tecnológicas como Google, Alibaba o Amazon, sino también entre las Administraciones Públicas. Si el futuro que nos espera es un cielo plagado de drones de todo tipo (repartidores de comida a domicilio, vigilantes…) tal vez, lo mejor, sea empezar a pensar cómo gestionar ese tráfico aéreo igual que ya se gestionan los vuelos comerciales o el tráfico terrestre.
Por eso, según hemos podido leer recientemente en un artículo del periódico The New York Times, la NASA estaría desarrollando un nuevo sistema capaz de controlar el tráfico de vehículos aéreos no tripulados (los drones) que vuelen a alturas entre los 120 y 150 metros.
En Estados Unidos, la agencia encargada de estos asuntos, la FAA, prohíbe de momento la utilización de drones con fines comerciales, aunque ya están empezando a trabajar en una ley para permitir el tráfico de pequeños vehículos a finales de año. Mientras tanto, la NASA trabaja en un programa para controlar el tráfico de drones que vuelen a poca altura. Se pretende que sea un sistema autónomo, que pueda funcionar sin necesidad de personal, gracias al uso de ordenadores, avanzados algoritmos y medios de detección y navegación, que son capaces de realizar una gestión y ordenación automática del tráfico de drones.
La función de este sistema, al igual que las torres de control aéreo, es la de monitorizar los cielos y controlar las condiciones meteorológicas y el tráfico aéreo, para evitar que esta clase de vehículos vuelen cerca de edificios u otros vehículos aéreos como los helicópteros de la policía. Además, su uso estaría prohibido en los aeropuertos, estaciones de trenes y autobuses y cerca de los edificios gubernamentales.
Las primeras funcionalidades de este sistema podrían darse en la monitorización de activos, canalizaciones de gas, o el control de cultivos en la agricultura.
Fuente: Reuters