Hemos contado en numerosas ocasiones lo importantes que son los neumáticos. Se trata de la única parte del coche que está en contacto directo con el suelo, el último eslabón que hay entre perder el control… o mantenerse en la carretera. A ello hay que unir un tercer factor: son también parte fundamental en el ahorro de combustible. De su buen estado y de un adecuado mantenimiento de la presión dependerá un buen porcentaje que gaste tu coche.
Llegados a este punto, nos preguntamos hacia dónde tenderá el mercado de neumáticos en los años venideros. Fabricantes de automóviles y de ruedas han de combinar dos aspectos, seguridad y consumos, que en principio parecen antagónicos. Acudimos a Tirendo, los mejores especialistas de compra por neumáticos online de Europa para que nos indiquen cuáles son las tendencias de futuro a medio y corto plazo: Y su diagnóstico es claro: acostúmbrate a que empecemos a ver neumáticos cada vez más altos y estrechos.
Puede parecer algo extraño. Cuando hablamos de las llantas de aluminio ya te explicamos que, cuanto más anchas, mejor será el agarre… pero mayor el consumo del vehículo. De ahí que sean las que veas en coches de carácter deportivo. Pero a la hora de la eficiencia energética, esa anchura se torna en un hándicap.
Ya vimos en nuestra prueba del BMW i3 cómo este coche eléctrico contaba con unos neumáticos muy diferentes a los que acostumbras a ver en el mercado. Tienen un diámetro muy grande, de ahí que su estética, cuando ves al coche desde el lateral, no se vea afectada. Pero cuando se mira desde atrás o, simplemente, giras el volante y dejas la goma a la vista, observas que no es algo convencional.
Podrías pensar que se trata de una innovación exclusiva de coches eléctricos, pero el nuevo Renault Scenic 2016, que llega al mercado dentro de unos meses, contará con unos neumáticos así, de 20 pulgadas de alto… y muy estrechos. En toda la gama. Y esto, como nos indican los expertos de Tirendo, es solamente el principio, ya que los fabricantes, en su búsqueda de optimizar consumos, han buscado reducir la sección del neumático en contacto con la carretera y, por ende, su resistencia a la rodadura.
Pero… ¿por qué tan altos? Para empezar, con unas llantas de gran diámetro se pueden seguir mejor los gustos de hoy, en los que tanto gustan los coches con grandes pasos de rueda. Y ojo, que con eso se consigue también una superficie de contacto equivalente a un neumático ancho… pero que cambia de orientación: ahora a favor de marcha del vehículo.
Eso tiene sus ventajas en materia de seguridad. Para empezar, reduce la posibilidad de aquaplanning, ya que al ser más estrecho desaloja mejor el agua que se encuentra ante sí cuando se encuentra en movimiento. También mejora el confort, ya que con esa menor superficie de contacto y, diseñando de forma adecuada los surcos en la banda de rodadura, logra reducir el ruido. Por esa razón los primeros coches que veamos con este tipo de ruedas serán (son) vehículos híbridos y eléctricos.
¿Pero son adecuados estos neumáticos para todo tipo de vehículo? En los modelos menos pesados, como tienen menos masa y que tienen su centro de gravedad muy bajo (como el caso de los eléctricos, con las baterías ubicadas en el piso), puede reducirse la sección del neumático sin que el agarre se resienta. Por eso, gracias a que ahora los coches exprimen las bondades de reducir peso (tras décadas “engordando” a medida que ganaban equipamiento), es posible también ir adelgazando los neumáticos sin temor a perder seguridad… al tiempo que gastan menos y hacen menos ruido al rodar.
Lógicamente, a medida que uno exija prestaciones a un vehículo, este tipo de neumáticos altos y estrechos son poco adecuados, pero en coches limitados para alcanzar velocidades muy altas (como los eléctricos, para no perder demasiada autonomía) o en los que se suele rodar tranquilo (los monovolúmenes compactos), serán cada vez más comunes.