Los aerogeneradores son una pieza clave en la transición hacia las energías limpias, pero tienen un talón de Aquiles: qué hacer con ellas cuando llegan al final de su vida útil. En particular, sus enormes palas, fabricadas normalmente con fibra de vidrio, suponen un desafío medioambiental. Investigadores en China han encontrado una solución ingeniosa: convertirlas en material para construir carreteras duraderas.
Esta idea que podría ser clave en las próximas décadas, a medida que más y más turbinas sean desmanteladas. Solo en Estados Unidos, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL) estima que entre 3.000 y 9.000 palas serán retiradas anualmente en los próximos cinco años. En 2040, esa cifra podría alcanzar las 20.000 anuales.
Buena parte de los aerogeneradores pueden reciclarse o reutilizarse (como la carcasa o los componentes metálicos internos), pero las palas son otro cantar. Diseñadas para ser ligeras, resistentes y capaces de soportar las inclemencias del tiempo, son difíciles de reciclar. Y cada vez hay más y son más grandes, encontrar una solución para estas palas es urgente.
El equipo del Instituto de Física Química de Lanzhou, de la Academia China de Ciencias, ha desarrollado un proceso que consiste en triturar y tratar químicamente las palas viejas para incorporarlas en mezclas de asfalto y hormigón para construir carreteras.
La técnica ya ha sido probada con éxito: en septiembre del año pasado, una empresa constructora utilizó este material para pavimentar un tramo de la autopista Qingfu, en la ciudad de Lanzhou. Cinco meses después, la carretera no presenta grietas ni deformaciones.
Este avance se suma a otras iniciativas que buscan dar una segunda vida a las palas de los aerogeneradores. Por ejemplo:
- Global Fiberworks Solutions, con sede en Washington, las convierte en pellets de plástico reforzado para fabricar productos como tapas de registro.
- Veolia, un gigante de la gestión de residuos, tritura las palas en pequeños fragmentos que luego se utilizan en hornos de cemento, reemplazando materiales como el carbón, la arena y la arcilla.
- Carbon Rivers, de Tennessee, recupera fibras resistentes mediante un proceso de pirólisis a alta temperatura, que luego se usan en piezas automotrices de alta resistencia.
Además, se intenta ya que las palas sean más fáciles de reciclar desde su diseño. Desde resinas de disolución rápida hasta termoplásticos reciclables, pasando métodos más económicos para descomponer las palas basadas en epoxi.
Mientras estas tecnologías se prueban y despliegan a nivel global, el equipo de Lanzhou planea llevar a cabo más proyectos para demostrar la viabilidad de su técnica y que sea una solución escalable. En definitiva, lo que parece un residuo problemático podría convertirse en materia prima valiosa.
Fuente: Xinhua News