El Peel P50 es el coche más pequeño del mundo, más estrecho que una cabina telefónica y más corto que una Vespa. Se fabricó en la Isla de Man a principios de la década de 1960 y apenas quedan 30 unidades en el mundo, así que también es uno de los automóviles más raros del mundo.
Eso hace que sea caro. Mucho, pues se han pagado por algunas unidades más de 170.000 euros, lo que los deja fuera del alcance de la mayoría. Pero P50Cars lo devolvió a la vida… y ahora puedes compararlo por 12.100 libras (13.950 euros al cambio actual), para montarlo tú mismo cual mueble del Ikea.
Con espacio suficiente para un adulto y una bolsa de la compra, el P50 no tiene marcha atrás, por lo que depende de un asa en la parte trasera para realizar esa maniobra a mano. No pesa mucho, apenas 136 kg gracias a su carrocería de fibra de vidrio o su motor de 49 cc … si bien hay una versión eléctrica con un motor de 4 kW, alcanza un máximo de modestas 45 km/h.
El fabricante asegura que se requieren unas 50 horas (y espacio) para ensamblar ruedas, carrocería, asiento, volante, transmisión… si bien hay disponibles versiones ya ensambladas por 15.200 libras (17.540 euros). Lo montes tú mismo o no, son réplicas que no fallan en lo esencial: suspensión, iluminación, bocina, frenos, espejos o la icónica puerta suicida en el lado izquierdo y es legal usarlo en la calle con calificación de ciclomotor o motocicleta.
De acuerdo, es más caro que una motocicleta convencional, pero poder conducir el automóvil más pequeño del mundo, hecho por ti mismo, es impagable, ¿no?
Fuente: P50cars