Los procesos son claves en cualquier tipo de negocio: Planificación, experiencia, gestión… son los mantras con los que trabajan los gurús económicos y la base de cualquier empresa, que suele esconderlos y convertirlos cuestiones de alto secreto para evitar que alguien les copie y les arrebate su éxito.
En este oscurantismo general, hemos descubierto que no todas las empresas son así. Desde el blog de negocios de Harvard han hablado con Steve St. Angelo, el Director de Calidad de Toyota North America. Y resulta que la marca nipona no duda en compartir su experiencia y sus trucos con otros. Un ejemplo, con el Proyecto San Bernardo, que se dedica a construir viviendas sin ánimo de lucro en Nueva Orleans (sí, siete años más tarde, todavía arreglan los desaguisados del Katrina). Gracias a la ayuda de Toyota, pueden fabricar estas casas de forma más eficiente.
Mediante el Toyota Support System Center (CTNS), una organización no lucrativa dentro de la empresa automotriz, Toyota comparte sus métodos de trabajo con todo tipo de organizaciones (incluyendo la donación de su experiencia a otras organizaciones no lucrativas). No se trata de beneficiencia. Se trata de una inversión a largo plazo. Tampoco se trata de cambiar el proceso, sino de cambiar la cultura de aquellos a los que ayudan… y de la propia Toyota.
Demasiados procesos se llevan a cabo superficialmente, por eso no funcionan. El enfoque en la «mejora continua» hace que los empleados se sientan como si lo que logran nunca es suficiente. Se resuelve un problema… y se descubre otra ineficiencia. Además, cuando en un negocio se dice «tenemos que conseguir ser más eficientes» a menudo es el primer aviso de «tenemos que despedir a algunos empleados.» la gente, que quiere defender sus puestos de trabajo, tiene miedo y así es la empresa puede conseguir algunas cosas.
Toyota actúa de forma diferente. Empiezan preguntando: «¿Cuál es su mayor problema?» Y empiezan a arreglar las cosas por ahí. Así el Proyecto San Bernardo ha reducido el tiempo en construir una casa en un 50%. O ayudó al Banco de Alimentos de Nueva York a reducir la espera en un comedor de beneficencia de 85 minutos a 18O disminuyeron los tiempos de espera (y cientos de miles de dólares en costes), en el Hospital General de Allegheny, en Pittsburgh.
¿Pero qué gana Toyota además de sentirse bien y de que los medios de comunicación les adulemos un poco? St. Angelo asegura que lo utilizan para desarrollar el talento de los empleados de menor rango. Enseñan mejoras de procesos a otros… y ellos mismos aprenden que mejorar. Descubren sus puntos débiles, aprendan a dirigir a la gente, ganan confianza en sí mismos y aprenden a adaptarse. Esto les ayuda a retener el talento en sus filas. Una gran idea, en definitiva.
Fuente: Harvard Biz Review