Un coche pequeño. De dimensiones reducidas. Dos etapas en su evolución. Muchos corazones ganados y muchas competiciones vencidas. Popular en su primera generación como R5. Inolvidable en su segunda, como Supercinco. Un impecable modelo de Renault que convenció al mercado automovilístico de que las mejores esencias se sirven en frasco pequeño.
Cuando el SEAT 600 desapareció, una de las causas precursoras fue la llegada de modelos novedosos como del que hoy vamos a hablar, el Renault 5. Un modelo que vio la luz hacia 1972 cuando la moda daba una oportunidad casi perfecta a aquellos modelos que eran de reducidas dimensiones. Un camino abierto gracias a Mini.
Seguramente una de sus mejores características fue la velocidad con la que se diseñó el modelo. Apenas le bastaron un par de días a Michel Boue para crear un boceto que le traería muchas satisfacciones. Un trazado ideal que partió de la base de un modelo anterior, el Renault 4.
Valladolid fue la ciudad elegida para crear el primer modelo en España. Fue el 950. Se basó en el TL elaborado desde Francia. Contaba en su haber con un motor de 956 c.c. Y claro está a pesar de basarse tanto en el Renault 4 como en el TL francés, también se vieron ciertas evoluciones aparte de las obvias para el ojo humano. Entre las que destacaron fueron, por ejemplo, que se usó la técnica del monocasco para una carrocería que contase con tres puertas. Además la palanca, a pesar de que en un principio se mantuvo tal y como lo traía el R4, finalmente fue trasladada a la parte baja, el suelo. De esta forma la palanca quedaba por debajo del motor y, así, se facilitaba el acceso a la caja de cambios situada en la parte delantera. Incluso se mejoraron los paragolpes metálicos por unos de plástico. El objetivo era poder evitar esos pequeños golpes con deformaciones persistentes en el paso del tiempo.
Aunque parezca una pequeña característica sin importancia, cabe destacar que este modelo fue uno de los precursores de esta solución. Después casi todos los modelos y marcas tomaron la decisión de crear los modelos de dicha forma. Así se presentó al mercado el Renault 5. En este su primera fase de producción. Una fase que lo llevó desde 1972 hasta 1985. A lo largo de estos primeros 13 años de vida, montó motores tipo Cléon, entre los 782 y 1397 c.c.
Como hemos comentado anteriormente, el primer modelo que pudimos ver en el mercado fue el 950. Pero a partir de 1974, la gama se desdobló en 950 y TL. Mientras que en 1975, cuando el 950 desaparece, se unió a la gama el GTL. Disponía de con motor de 1037 c.c. y de 1108 c.c en una segunda etapa.
Pero ahí no queda la cosa, porque como buen pequeño utilitario, en 1976 dará el salto a la versión deportiva, el TS. Un motor de 1289 c.c., 64 CV y carburador Weber de doble cuerpo, con el que Carlos Sáinz comenzó a trazar su carrera en el mundo de los Rallyes. Un año más tarde, por si no tuviéramos poco, seremos testigos de la aparición de la versión Alpine. Claramente destinado para competición con un motor de 1397 c.c y una culata Gordini hemisférica de 93 CV DIN.
Fue con este modelo y no con otro, con el que Renault corrió la Copa Nacional Renault en España desde 1977. De esta forma se daba por finalizada la participación del Renault 8 TS. Mientras que para la Copa Iniciación fue elegido el R5 TS como el afortunado. Pero esto será en 1979.
Tres años más tarde, en 1982, llegará la primera renovación para la versión Alpine. Y es que apareció su versión Turbo. Contaba con el mismo motor que la primera versión pero esta vez se presentaba con turboalimentación y junto a una menor relación de comprensión. De esta forma Alpine Turbo se acercaba a los 110 CV DIN.
Pero no penséis que Renault 5 era un utilitario, únicamente, de tres puertas, porque la versión de las 5 puertas también llegó al mercado. 1979 será el año elegido. Entonces podremos ver en circulación las versiones TL y GTL con sus cinco puertas. Y seguramente, por esta novedad, el modelo sufriría su primera renovación interior.
A partir de 1984 será el Supercar quien tenga un hueco en el mercado, presentando dicha versión como una gama por debajo de los ya conocidos TL y GTL. Del mismo modo, el comprador pudo seleccionar entre un diseño de tres o cinco puertas, dependiendo de la necesidad o del gusto del momento. El Supercar contó con un motor de 1108 c.c. y 45CV DIN a 5.000 r.p.m.
Aquí, junto al Supercar, es donde debemos poner punto y final a la primera etapa que vivió el R5. El motivo, que tanto las factorías de Francia y España tomaron la decisión de dar fin a sus primeras creaciones para dejar un estupendo espacio al Supercinco. Una fase dos que comenzará en 1985 y que permanecerá hasta 1999.