Hace seis años (cómo pasa el tiempo) el magnífico Renault DeZir anunciaba cómo serían los modelos de Renault que hemos visto llegar en el último lustro a las carreteras. Ahora, el Renault Trezor tiene el mismo papel que aquel concept car: adelantar un nuevo ciclo de diseño de Renault.
Con la forma de un gran turismo futurista de dos plazas, con un diseño elegante y curvilíneo de fibra de carbono, en el que destacan los cristales de color rojo que proporcionan un toque de contraste. Destacan paneles hexagonales y una trasera con una iluminación variable por fibra óptica. Mide 4.700 mm de longitud, por 2.180 mm de ancho y apenas 1.080 mm de altura. Gracia a ello es muy estable (el centro de gravedad se sitúa muy abajo) y tiene un coeficiente aerodinámico mu bajo, de apemas 0,22 Cx. Las llantas, de 21 pulgadas delante y 22 detrás, ponen el toque extravagante.
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Otro punto a destacar del Renault Trezor es su ligereza. Tiene un chasis compuesto por una célula central de carbono y unidades delantera y trasera de acero tubular. La carrocería se ha realizado en carbono, por lo que apenas marca en la báscula 1.600 kg. No está nada mal, si tenemos en cuenta que es un coche bastante grande… y que cuenta con un sistema de propulsión eléctrica.
Y es que el último portotipo de Renault utiliza un sistema de propulsión derivado de su coche de Fórmula E. Entrega 350 CV de potencia (260 kW) y 380 Nm de par a las ruedas traseras. Es suficiente energía eléctrica para que alcance 100 km/h desde parado en menos de cuatro segundos. No se habla de velocidad punta… ni de autonomía pero sabemos que los ingenieros han equipado el coche con dos enorme baterías refrigeradas por aire, una en la parte delantera y otra en la parte posterior para garantizar la distribución óptima del peso entre los dos ejes. No falta un sistema de recuperación de energía en las frenadas, gracias a la tecnología RESS (Rechargeable Energy Storage System) desarrollada para la Fórmula E.
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Abriendo la cubierta de una sola pieza se accede a un habitáculo futurista con un montón de espacio para dos personas, gracias a la generosa distancia entre ejes de 2,7 metros. Lo más destacado del interior es la gigante pantalla curvada OLED, realizada con Corning Gorilla Glass para ofrecer protección contra los arañazos.
Hay también guiños clásicos, como el salpicadero de madera rojo, que incorpora los compartimientos para el equipaje en la parte delantera del vehículo. Las maletas están hechas a medida y están sujetas con correas de cuero. Además, las formas redondeadas de los asientos se inspira en el universo del mueble y están revestidos de una piel lisa de un color rojo profundo.
El sistema Multi-Sense permite tres modos de conducción: Neutro, Deportivo y Autónomo. En este último modo la iluminación exterior cambia para advertir al resto de conductores de este funcionamiento y el volante (cuyo diseño se ha inspirado en los Fórmula 1), se mueve para que el conductor tenga una vista panorámica del interior.
Presentado en el Salón de París 2016, está calro que jamás lleegará a transformarse en un coche de producción, pero el Renault Trezor es sin duda una interesante manera de contarnos cómo será el próximo enfoque de diseño de la marca.
Fuente: Renault
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