Un grupo de científicos de los departamentos de Óptica e Ingeniería Civil de la Universidad de Granada han patentado un nuevo tipo de semáforo cuya construcción se basa en la tecnología LED, minilentes y fibras ópticas. El semáforo lleva las fuentes luminosas en la base, así que con un solo operario y sin tener que utilizar grúas, se pueden sustituir las luces de manera rápida, cómoda y sin tener que alterar el tráfico de una vía.
Hasta ahora la técnica para arreglar un semáforo sigue siendo cuanto menos aparatosa. Primero necesitas agentes de circulación para cortar el carril o la vía donde se tiene que llevar a cabo reparación, a veces incluso parar el tráfico. Además, de sustituir el trabajo de los semáforos por esos agentes, mientras los operarios tienen que llegar hasta la altura del semáforo, hasta 8 metros, montados en grúas y ataviados con arneses.
Este nuevo semáforo permitiría, además de ganar en comodidad, mejorar significativamente la seguridad vial de las ciudades. Así lo explica el catedrático de Escuela Universitaria del departamento de Óptica de la UGR Francisco Pérez Ocón. Según el principal responsable de esta investigación, “cada vez que se produce una avería en una señal luminosa de tráfico en encrucijadas, intersecciones o pasos importantes, es necesario emplear agentes de la circulación a tiempo completo, cortar el carril afectado e incluso parar el tráfico”.
La revista Engineering Structures es la que ha publicado los resultados de este trabajo desarrollado en la Universidad andaluza y explican cómo funcionan estos innovadores semáforos. Según el texto, “unas minilentes concentran la luz de los LEDs en la entrada de la fibra óptica y ésta sube la luz hasta la cabeza semafórica situada en su parte superior.» Además, este nuevo sistema no requiere fabricar nuevos semáforos «pues los mazos de fibras ópticas pueden introducirse dentro de los vástagos de los semáforos actuales y llegar hasta los discos”.
El diseño mejora también el mantenimiento porque la fibra óptica es muy resistente a los fenómenos naturales y al paso del tiempo. “Además, la introducción de las fibras y las minilentes en el sistema no disminuye la calidad de la señalización de las carreteras o calles, debido a que nuestro dispositivo cumple rigurosamente la normativa vigente de seguridad vial”, añade Pérez Ocón.
Sin embargo, no sólo los semáforos se pueden beneficiar de este nuevo sistema. Según Pérez Ocón, «se puede emplear en otros ámbitos, ya que permite desplazar fuentes luminosas sin tener que modificar instalaciones eléctricas, por lo que su aplicación es claramente extensible a otros campos como alumbrado público, torres de telefonía…»
Fuente: Universidad de Granada