La tecnología de ahora hace que veamos y experimentemos cosas que nos parecían imposible como conducir sin conductor, coches eléctricos incluso los robots tienen su propia revolución en el mercado, pero que me decís de aquellos inventores dentro de la industria automotriz de mediados del siglo XX como Elie Aghnides, un ingenioso griego-americano que inventó el Rhino en 1954. Se trataba un vehículo anfibio de cuatro ruedas diseñado única y exclusivamente para patrullar y defender los grandes caminos de Alaska y Canadá.
Ese mamotreto ahí donde lo veis pesa la friolera de cinco toneladas, para nada es un juguete, y además llegaba a alcanzar los 72 km/h en carretera. Las ruedas delanteras, que parecen dos exprimidores de naranja gigantes, miden dos metros de diámetro y pesaban 680 kilogramos cada una. ¡impresionante!
Las ruedas, de forma semiesférica, permitían al Rhino ser un señor todoterrero, pero no como los de ahora, pues podía hundirse en barro, en la arena o en cualquier otra superficie blanda sin que el coche fuese a tener problemas. Sus ruedas acanaladas le permitían la mayor tracción en cualquier terreno.
Y esto no era lo único que esta máquina de cuatro ruedas tan potente podía hacer, las ruedas tan masivas y el bajo centro de gravedad permitían al rhino inclinarse hasta 75 grados a cada lado sin volcarse, ¡a ver qué coche hace eso ahora!
La patente, presentada el 19 de junio de 1953, lo denomina como coche anfibio , pues era capaz de conducir sobre el agua. Las ruedas eran huecas para permitirle flotar mientras que un chorro de agua en la parte trasera le proporcionaba la propulsión a una velocidad de unos 6 km/h.
Así lo describió la revista Popular Science en Octubre 1954: “En las ruedas de burbujas que se ajustan a su agarre al agua, arena, pantano, la nieve o el pavimento, este bombón hecho realidad simplemente sigue rodando.”
Este vehículo era capaz de todo y es por eso la Marmon-Herrington Company de Indianápolis, fabricante de ejes y cajas de transferencia para camiones y otros vehículos que había construido medios de transporte militares y tanques durante la segunda Guerra Mundial construyó un prototipo del Rhino para demostraciones. Y aunque parecía el no va más en los coches del momento, el ejército de Estados Unidos se negó a comprar ninguna, al parecer debido a la preocupación de que las ruedas (al ser huecas) pudieran ser perforadas por los disparos y se hundiese el vehículo.
Con forma de avioneta rodante, el Rhino de 1954 era un coche arrasaba por donde pasaba. Muy peculiar estéticamente fue un vehículo sin mucho futuro pero que a día de hoy lo recordamos como un coche único en la historia. En este video podrás ver como se manejaba un Rhino sobre cualquier superficie:
Fuente: The Old Motor
Fotos: The Life Picture Collection