Unos diseñadores australianos han creado el Vivid Lock, una herramienta multiusos hasta ahora inexistente para los amantes de la bicicleta. El concepto nace de la necesidad de mejorar la seguridad de los usuarios de este tipo de vehículo, muy frecuente en grandes ciudades.
En cierto modo, la presencia de los carriles bici ha aumentado considerablemente en los últimos años aunque todavía existen grandes diferencias entre ciudades como Madrid o Amsterdan. En la mayoría de las ciudades, cuando se carece de un buen sistema de carriles bici, los ciclistas tienen que luchar sobre las carreteras contra una horda de todo tipo de coches. El «insignificante» ciclista se encuentra en una situación de constante peligro, más cuando no se carece de casco o de una correcta iluminación.
Al caer la noche, ese peligro aumenta notablemente convirtiendo al ciclista en un sujeto frágil, propenso a sufrir un accidente en caso de mala visibilidad, ya sea de la calle, del propio ciclista o del desconocimiento y la sorpresa del conductor al no ver correctamente al ciclista. Otro de los peligros que acechan a los ciclistas es la seguridad de la propia bicicleta. En grandes urbes, son comunes los robos de bicicleta, algunas con un candado de baja calidad.
Para intentar remediar estos problemas tan comunes entre los ciclistas, Tosika Maluma y Carson Tully, dos ingenieros y diseñadores industriales amantes de las bicis, han creado un candado que sirve al mismo tiempo de chaleco reflectante. Sus creadores aseguran que es el primer objeto en el mundo con estas funciones combinadas.
El candado tiene un diseño que permite al ciclista colocarlo sobre el cuerpo como una banda o un cinturón. De esta manera, Vivid Lock permite alertar a los conductores de la presencia del ciclista durante la noche o en zonas con poca iluminación, gracias a las bandas reflectivas de alta visibilidad.
Ademas, Vivid Lock cuenta con 60 luces LED en la parte central. Cuando el ciclista usa el Vivid Lock como chaleco reflectante, las luces LED frontales se iluminan de blanco y las traseras de rojo.
La iluminación se puede ajustar, desde un controlador incorporado resistente al agua, en diferentes modos como el de bajo consumo, parpadeo rápido o iluminación constante. El controlador funciona mediante dos pilas alcalinas del tipo AA que permiten unas 70 horas de uso.
Cuando el ciclista desea estacionar la bicicleta usando el Vivid Lock como candado, la seguridad está garantizada con una cerradura de 4 dígitos ajustables, que se completa de dos cables de acero con núcleo de fibra (más resistente a roturas o robos) de 6 mm, integrados en la parte externa y acolchados a cada lado del Vivid Lock.
El diseño de la función del candado ofrece ligereza y comodidad al ciclista cuando lo usa de chaleco reflectante. La flexibilidad del Vivid Lock permite al ciclista candar su bicicleta de la forma que mejor se ajuste. Los materiales que se han utilizado para fabricar el Vivid Lock han sido nilón del tipo 1000D resistente al agua, materiales PVC, luces LED, reflectantes, acero y fibra.
Los creadores están en la fase de recaudar fondos hasta el 18 de agosto para su posterior comercialización, según lo planeado, en enero de 2016. La meta son 69.000 € y las aportaciones van desde 1 € hasta los 590 €. El precio de una unidad de Vivid Lock costará unos 80 € y esperan comercializarlo en cuatro colores diferentes.
Fuente: Kickstarter