El arquitecto Aristide Antonas guarda una auténtica mina de tesoros en su página de Flickr, con documentos de sus trabajos, que tratan casi todos sobre estructuras móviles y piezas de equipamiento industrial como grúas, camiones y buses.
Su «Bus Hotel», por ejemplo, es un bus de dos pisos transformado en un hotel móvil de siete camas. ¿Te imaginas recorrer en él un país con varios de tus amigos?
El «Apartamento barril», diseñado en colaboración con Katerina Koutsogianni, continúa con esta serie de vehículos residenciales, esta vez basado en un camión cisterna. El resultado es auténticamente sorprendente y dan ganas de pasar una noche dentro de él.
Dentro de sus trabajos hay diferentes medios de transporte con usos diferentes, desde habitaciones que pueden moverse o permanecer quietas, que pueden usarse como pequeñas oficinas o también convertirse en apartamentos de verano.
Uno de estos poryectos son sus «Habitaciones grúa», realmente increíbles. En palabras de Antonas, «Con una pequeña instalación que incluiría piscinas muy sencillas, serían perfectas para instalrse en playas con difícil accesos o colinas áridas cercanas al mar. Cada habitación formaría una célula independiente, que podrían cubrirse con telas durante el día. Tendrían una conexión a Internet de calidad y el carácter público o privado de cada habitación sería regulada por la altura elegida por cada unidad.
El control de altura se ubicaría en cada habitación, de forma que las plataformas subirían o bajarían en función de los gustos y necesidades de cada ocupante. Una pantalla gigante, frente a la cama, funcionaría como home cinema, un pequeño escritorio, un armario y una ducha completarían el mobiliario de la plataforma. Una cocina subterránea común cubriría las necesidades de todo el complejo y una planta de desalinización por osmosis inversa sería la encargada de proveer de agua potable a esa cocina invisible y a las diferentes unidades elevadas (las tuberías flexibles llegarían a la altura máxima de la grúa)».
Desde luego, parece una solución bastante inteligente y poco agresiva con el medio para ciertos lugares de difícil acceso y con valores ambientales que deben ser conservados. Por supuesto, causaría menor impacto que muchas de las urbanizaciones construídas en las costas españolas… Y menudas vistas habría desde lo alto de esas grúas… siempre que no se tenga vértigo, claro.
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