La familia Mini tiene un nuevo miembro, el Mini Roadster, un miembro al que seguimos la pista dedsde que se presentó su prototipo que mantiene la más pura esencia Mini, es decir, es un vehículo exclusivo y con esa estética retro que tanto gusta, y al mismo tiempo tiene otro adjetivo del que damos fe porque nos hemos subido a él y lo hemos analizado en profundidad: divertido, muy divertido. Ya lo tienes en los concesionarios y su precio parte de los 23.700 euros.
Hay coches potentes, normalmente con una estética exterior deportiva y que bajo el capó esconden potentes motores, siendo muy divertidos en la conducción. Pero de lo que no cabe duda es que esta sexta carrocería del Mini esconde bajo su «tapa» todo esto: deportividad, exclusividad, diseño retro y cabrio.
Antes de contarte las excelencias que te depara este Roadster al volante vamos a analizarlo desde todos los ángulos: por dentro, por fuera, motores y cómo se comporta en carretera.
Exterior
Mirándolo por fuera, el Mini Roadster es la versión cabrio del conocido Mini Coupé, con un diseño caracterizado por la carrocería de tres volúmenes y un techo más bajo que los «pequeñajos de BMW» convencionales: es 21 mm más bajo y la inclinación del parabrisas es 13 grados más acusada en aras de una mejor protección aerodinámica. El modelo que nos ocupa se caracteriza fundamentalmente por la capota de lona y el alerón eléctrico (que ya está presente en el Coupé).
Respecto a la capota, tenemos que apuntar varias cosas: sólo se podrá elegir en color negro y cuenta con un accionamiento manual porque, según los responsables de la marca, se ha querido dotar al Roadster de un toque purista de los típicos cabrios de pura cepa, optando por la lona y por ese accionamiento manual.
También puede optarse por un sistema semiautomático que ronda los 700 euros, pero, entre nosotros, no merece la pena desembolsar ese dinero, ya que, el sistema manual es bastante sencillo y cómodo. Con sólo desbloquear la capota y replegarla hacia el maletero, automáticamente se agrupa detrás de los asientos y sólo deberemos bloquearla para que no se mueva. Es el mismo sistema pero justo al revés para descapotar, desbloquear, estirar y anclar al marco del parabrisas.
Su maletero tiene una capacidad de 240 litros. Muy correcto para un modelo así, que no está pensado para hacer largos viajes. Está comunicado con el interior gracias a un pequeño compartimento, que tanto nos sirve para acceder al maletero desde dentro, sin salir del coche, como para guardar objetos más grandes, como una tabla de Snow. Este particular fue muy repetido durante la presentación en Almería. Este modelo está dirigido a gente joven sobre todo, deportista y sana.
Y aquí viene una crítica (habrá alguna más, no todo va a ser perfecto) a este exclusivo modelo. Precisamente su exclusividad debió preveer el revestimiento interior de la capota. Me explico: no va forrada y deja ver las barras y elementos del sistema mecánico. ¡Por favor! Un modelo premium no puede dejar estas cosas a medias.
Otro elemento exterior a destacar es el alerón eléctrico, que se despliega automáticamente por encima de 80 km/h y puede suponer, en términos aerodinámicos, a 130-140 km/h una fuerza de 40 kg sobre el eje trasero. También podemos accionarlo cuando queramos desde un botón que tenemos en el interior.
Aparte de lo mencionado anteriormente, las opciones de llantas van desde las 15 a las 17 pulgadas (con neumáticos Run-Flat para continuar en caso de pinchazo), presenta dos franjas de pintura paralelas en negro, blanco o rojo (este último exclusivo para el Cooper Works) especialmente deportivas, luces diurnas con faros bi-xenon opcionales o luces de freno dinámicas. Sin olvidar las múltiples opciones de personalización, nada baratas en general.
Interior
Aquí viene una de mis partes favoritas en lo que a Mini se refiere. Bueno, antes comentarte que es un biplaza, a diferencia de los demás Minis. Sí, ya sé que está muy visto pero a mí me vuelve loco el enorme velocímetro que comanda el salpicadero. Es tan auténtico. Un rasgo característico de los Minis que no me puede parecer más acertado, la verdad. Por cierto, como novedad, hay un reloj en la parte izquierda del puesto de conducción queb te indica el tiempo que vas descapotado. No, yo no le encontré especial utilidad, ¿y tú?
Ahora entro en el coche, me siento. Para una persona de mi estatura, 1,67 metros pelados, es perfecto: vas sentado bajito, estiras las piernas cómodamente, el volante se regula en altura y profundidad… y delante de ti la carretera, o el tráfico, se ven muy bien. La mayor aerodinámica del parabrisas puede chocarte algo (efecto visual) al principio, pero no resta visibilidad. Aparte de esto, los asientos de corte deportivo resultan la mar de cómodos y confortables.
Aunque no es menos cierto que para llegar a los interruptores de la consola tendrás que «dejar» de mirar un poquito hacia adelante. Con cuidado, siempre. Para proteger a los ocupantes del viento puede equipar un pequeño deflector ubicado tras los asientos delanteros, para protegerte de las «turbulencias» y que es pelín caro (200 euros), no nos engañemos. No deja de ser un trozo de plástico, con todos mis respetos. Incluso resta algo de visibilidad exterior. Además, a partir de cierta velocidad, y yo la alcancé seguir la conversación con tu copiloto… hay que elevar la voz.
Motores
En cuanto a los motores disponibles, cuatro son las opciones: el acceso es el 1.6 122 CV del Cooper, que en principio podría suponer en torno al 60% de las ventas del modelo. Después pasamos a los 184 del Cooper S y los 211 CV del Roadster John Cooper Works, con elementos derivados de la competición, aceleración de 0 a 100 en 6,5 segundos y 237 km/h de punta.
La alternativa diésel, el Roadster Cooper SD, cuenta a su vez con un voluntarioso motor de 143 CV y además tiene la particularidad de ahorrarse el impuesto de matriculación por emisiones (119 gr/km). Por motores desde luego no es, va bien servido, todos ellos se acompañan de un toque de deportividad y el cambio automático de seis velocidades opcional por 1.300 euros.
Comportamiento
Y llegamos a lo bueno, la hora de la verdad: realmente el entorno que nos dispuso BMW resultó perfecto para porbar este cabrio. Más de 100 km de carreteras secundarias en Almería, con curvas, cambios de rasante, un poco de todo: y todo ello a más de 20 grados de temperatura, y cerquita de la costa. Una gozada descapotarse -era lo suyo- y empezar a disfrutar. A mí me tocó el modelo diésel, el Mini Roadster SD de 143 CV, un motor que es de origen BMW y cuenta con dos litros de cilindrada, destacando sobretodo por ser muy prestacional.
Lo primero que noto nada más ponerme en marcha es la fuerza del motor; por encima de las 2.000 vueltas (luego dejé de fijarme porque el paisaje invitaba a ello) se muestra fuerte, agresivo, con mucho nervio. Cuando pisas el acelerador, la respuesta es cintundente, firme, y a la hora de adelantar -tuve que hacer algunos, ya que transitaba por carreteras secundarias-, no te deja «tirado», apenas tienes que reducir de marcha para salir despedido.
En las curvas -había unas cuantas- se agarra que no veas, casi como una lapa y la sensación de estabilidad te acompaña, como si fueras «pegado al suelo». No se salía de la ruta que le trazabas con el volante, es muy preciso.
A todo ello se une dirección, directa y precisa, junto con un sistema de frenos, que además de ser eficaces, resistían de manera correcta la fatiga, tal y como pude comprobar en mi extenso y divertido recorrido, porque, entre nosotros, le pisé con ganas y le tiré de las riendas también, para comprobar sus reacciones. Estupendas. Sé lo que estás pensando, pero las vías eran secundarias y el único radar que había estaba muy bien «señalizado»…
Según mi compañero de pruebas -previamente le había «marcado» yo a él-, realicé un consumo medio de 7,9 litros a los 100 km. No está nada mal para la caña que le dí. Por otra parte, lo cierto es que el deflector para reducir las turbulencias es innegociable para entenderse o escuchar música a altas velocidades. Hice un tramo también con la capota puesta y la insonorización es mejorable.
Precios
El precio del Mini Roadster arranca en los 23.700 euros. No me parece excesivamente caro, lo que sí me fastidia es el alto «sobresueldo» por algunos elementos que ya te he comentado antes. Lista de precios:
Mini Roadster Cooper 23.700€
Mini Roadster Cooper S 28.750€
Mini Roadster Cooper SD 28.750€
Mini Roadster John Cooper Works 35.265€
Veredicto coches.com
No busques excesiva practicidad en un Mini, y en este Roadster menos. No está pensado para ser práctico, está pensado para divertirse. Es un capricho dirigido a jóvenes con capacidad económica media-alta, solteros, deportistas, gente sana a la que le guste conducir sintiendo el aire correr por su rostro. También hay que indicar que este Roadster gana en capacidad de maletero a otros Minis, aunque no es menos cierto que es biplaza, pero, dada la fisonomía del coche, no se nos ocurre llevar más que dos pasajeros.
Me ha encantado su comportamiento en marcha, es potente y estable, te agarra en curvas y te empuja en los adelantamientos. Su exterior llama la atención y su interior resulta muy confortable, sobre todo para el piloto. ¿Cosas que no me han gustado tanto? El excesivo precio del deflector antiturbulencias, algún plástico «malo» que está demás en un coche de estas características y el revestimiento interior de la capota… Por lo demás, te confieso que Mini ya tiene un nuevo «pequeadicto».
- Conducción deportiva, muy divertida
- Chasis rígido pero muy estable
- Capota es fácil de manejar
- Excesivo sobrecoste del deflector
- El revestimiento interior de la capota
- Algún plástico de su interior
Galería de fotos: