El Volkswagen Golf GTI es un mito. En la calle desde 1976, cada versión que sale al mercado marca la pauta de los coches compactos deportivos. La generación actual, la sexta, sigue siendo el referente, y lo hemos probado junto a la tercera generación, para analizar cómo evolucionaron los coches en los últimos 16 años.
Hace poco os contábamos la historia del Volkswagen Golf GTI. Como nos contaba Carlos Sainz en la presentación de la sexta generación que Volkswagen organizó en Saint Tropez por su lanzamiento a finales de 2009, aquel coche originario «había gente que lo importaba, le ponía unas barras antivuelco, nada más… Y ganaban carreras». Pero el Golf GTI ha cambiado mucho desde entonces, el GTI VI ya no es aquel coche de menos de una tonelada. Ahora ha crecido y ha ganado en habitabilidad sin perder un ápice de deportividad gracias a su motor TSI de 210 CV y su gran agilidad.
Voy a confesarlo. El otro coche analizado, el Golf GTI III lleva conmigo más de cinco años. Fue fabricado a finales de 1994 y tiene 260.000 km (algo más de 110.000 míos) y nunca ha dado ningún problema (salvando que una vez fue robado y hubo que cambiar todo el cableado eléctrico, cualquiera dice que sabe hacer un puente, y que se le rompió el motor de un elevalunas). El coche es duro, muy duro… Y aunque no tiene la garra de la primera versión ni la potencia de esta última, es un coche bien resuelto que se mueve bien en cualquier circunstancia. Claro, es tu coche, pensaréis, y no vas a hablar mal de él. Intentaré ser lo más objetivo posible, aunque el verdadero protagonista de esta prueba es el GTI de la generación actual. Pero dejémonos de palabrería y pasemos a verlo en detalle. ¡Verás cuánto ha cambiado este coche en los últimos 16 años!
Equipamiento
En cuanto te sientas en el Golf GTI VI sabes que estás en un GTI. El ambiente interior sigue siendo extraordinario en ergonomía y presencia, con un grueso e impecable volante al tacto, pedales y asientos deportivos (me gustan más los de tela que los de piel porque sujetan mejor), e inserciones de aluminio. Nada cambia en habitabilidad respecto a la V generación, pero sí en equipamiento. Magnífico de serie con climatizador bizona, faros Bixenón autodireccionales, reposacabezas activos, ESP o 7 airbags, incluido el de rodilla para conductor. Además, añade sofisticadas opciones como el control de crucero adaptativo por sensor láser o el sistema de aparcamiento automático Park Assist.
¿Y cómo era el equipamiento de la III generación? El cambio más substancial respecto a sus hermanos, estaba en la seguridad, pues incorporaba un habitáculo indeformable hasta unos 60 km/h, barras en las puertas, estructuras de deformación programada, cinturones con pretensores pirotécnicos y airbags frontales (estos eran opcionales, el que sale en el reportaje no tiene airbags). En cuanto a la seguridad activa, el antibloqueo de frenos y el control de tracción ya formaban parte en aquel entonces del equipamiento de algunas versiones (el ABS era de serie y el EDS opcional en el GTI pero sí se incluía en los GTI 16V y los VR6).
También incluía otros accesorios de confort disponibles entonces sólo en automóviles de segmentos superiores: elevalunas eléctricos en las cuatro puertas, climatizador, columna de dirección regulable… y espejos eléctricos más asientos con calefacción como opcionales. Y un ordenador de abordo que ofrece todos los datos que necesitas (y no más): consumo medio, temperaturas, kilometraje, tiempo de viaje… Sólo se echa de menos a veces el indicador de autonomía. ¿Lo tendrían muchos coches en 1994?
Exterior
Su diseño exterior refleja a la perfección su equilibrada deportividad. Al Golf GTI no le hacen falta aditivos para mostrar que es un coche especial. En este sentido los diseñadores solo se han permitido una concesión: el alerón trasero. Según Volkswagen, este difusor no es un recurso exclusivamente estético, sino que también desempeña una función aerodinámica. Bueno, también existen otros detalles que diferencian al GTI del resto de la gama. En el frontal, dos líneas rojas paralelas recorren horizontalmente la parrilla, que mantiene el acabado de nido de abeja de la anterior generación. En el centro de la misma se coloca un gran logotipo de Volkswagen y a la izquierda de éste el emblema GTI. Los dos tubos de escape que asoman a derecha e izquierda son otra de sus señas de identidad, por ellos, el Golf GTI saca a relucir su acústica… maravillosa.
El Golf GTI III supuso el primer cambio de diseño drástico en el Golf. El concepto había cambiado. Como decíamos el otro día, este GTI ya no era ni tan pequeño, ni tan rápido. Volkswagen consideró que había llegado el momento de “aburguesar” al Golf para llegar a un público más amplio, haciéndolo más habitable, aún a riesgo de perder deportividad. Así que el coche medró y sus líneas se redondearon. No es un coche que llame la atención, desde luego, apenas los bajos (de plástico) y un pequeñísimo alerón trasero (también trasero) son sus señas distintivas del resto de motorizaciones que había. Pero fue un éxito de ventas y aunque a los puristas nos gustaban más sus dos primeras versiones (yo estaba loco por el bifaro de la segunda generación), las ventas demostraron que los tiros iban por ahí: hacer coches deportivos para todos los públicos.
Interior
La habitabilidad del GTI es la misma que en el resto de las versiones, con la diferencia de que el GTI viene equipado con asientos deportivos específicos, con protuberantes lengüetas en la banqueta y los costados para sujetar mejor el cuerpo. Además, en los reposacabezas delanteros aparece estampado en bajorrelieve el emblema GTI. Otro signo distintivo que denota su deportividad es el pedalier de aluminio con incrustaciones de goma, especialmente dispuesto para que los más experimentados puedan realizar con rapidez el doble embrague al cambiar de marcha. La plaza central trasera es aprovechable pero no resulta cómoda para realizar un viaje largo, ni por la dureza del asiento y del respaldo, ni por el poco espacio que dejan para colocar los pies con un mínimo de confort el túnel de transmisión y las toberas de aireación adosadas a la consola central.
Tiene detalles «históricos», como la tapicería de cuadros, que recuerda en su dibujo al del primer Golf, o el diseño del volante, palanca de cambio y los pedales. El salpicadero es el mismo que hay en el resto de los Golf: sobrio (no esperes detalles futuristas al estilo de los japoneses), pero agradable. El diseño en general es bueno, así como la ergonomía y los materiales. El volante, el pomo del cambio o el freno de mano van forrados en cuero con las costuras en rojo. A mi me encantó ese detalle. Detrás el espacio es el mismo que en un Golf convencional, con su túnel central voluminoso pensado para las versiones de tracción total, (que no llevan el apellido GTI).
El interior del Golf GTI III, en comparación, es más austero, pero hace década y media era todo un referente. Los asientos sujetan bien el cuerpo, pero no tanto como el de ahora, y no hay tantos detalles de acabados exclusivos ni logotipos de GTI por doquier. Una cosa que sí me pareció mejor en ese Golf de hace 16 años que en el actual es que las guanteras de las puertas son bastante más grandes y accesibles, sin rincones donde no te llegan las manos. ¡Pero creo que es lo único!
Motor
El motor que equipa el Golf GTI es un 2 litros TSI de segunda generación con 4 cilindros y turbo que rinde 210 CV. El par máximo que desarrolla es de 280 Nm, disponible desde 1.700 hasta 5.200 revoluciones por minuto. Esto hace que el motor se sienta lleno desde bajo régimen y que muestre una respuesta rápida y contundente cuando pisas el acelerador.
Lo mismo ocurre en las recuperaciones gracias a que la elasticidad es otra de sus virtudes. De hecho en quinta acelera de 80 a 120 km/h en tan solo 7,5 segundos, mientras que en sexta tarda 9,5 segundos. Para realizar el 0 a 100 km/h le bastan 6,9 segundos y la velocidad máxima que alcanza es del 240 km/h. De serie acopla un cambio manual de seis velocidades preciso y bastante rápido, aunque el cambio DSG, también de seis velocidades, permite disfrutar más al volante y la diferencia en consumo resulta mínima: la media es de 7,3 l/100 km con el cambio manual y 7,4 l/100 km con el DSG.
En el Golf GTI III se volvió a trabajar en el desarrollo. Aumentó el diámetro y carrera, con lo que el motor de cuatro cilindros tiene ahora una cilindrada de 2.0 litros, dos válvulas por cilindro y una potencia de 115 CV. Llega a los 100 km/h en 10,4 segundos y desarrolla una velocidad máxima de 196 km/h. Debido a la gran acogida por parte de los entusiastas del GTI, se agregó en 1993 una versión de 150 CV llamada GTI 16V. El Golf VR6 con motor V6 de 174 CV fue más apreciado por los amantes de los deportivos compactos. Existieron versiones sobre esta última base con tracción total Syncro que contaba con 190 CV.
Comportamiento
En su momento, el Golf GTI hizo posible que experimentar la deportividad al volante de un coche no estuviera reservado a unos pocos privilegiados. Por eso se ganó la condición de mito. Hoy en día en este segmento tiene una durísima competencia, pero la facilidad de manejo que transmite y esa equilibrada deportividad son suficientes para conquistar a cualquiera.
Es ayudado por el nuevo bloqueo de diferencial electrónico (XDS) traza las curvas con la precisión de un compás. Es un sistema que ejerce presión sobre la rueda delantera interior de la curva para evitar que ésta patine, lo cual permite ganar rapidez, precisión y seguridad, aunque que también la dirección, con el tacto de dureza justo, y el chasis deportivo ponen de su parte. Lo mejor es que el XDS apenas se nota que tiene porque sólo actúa cuando es realmente necesario. El grado de eficacia todavía puede incrementarse con la suspensión adaptativa electrónica (DCC), pero es un extra y la suspensión de serie va fenomenal, no tiene tendencia a desplazarse cuando pasa por encima del asfalto hundido de algunas autopistas y autovías. ¡Hace falta más que pequeños baches para desestabilizar al Golf GTI! Tiene gran aplomo en carreteras rápidas, su dirección es precisa y poco sensible a pequeños movimientos con el volante.
En el Golf GTI III los discos traseros sustituyen a los tambores, los discos delanteros son ventilados y el eje rígido trasero dispone de estabilizadora. Estos detalles los cuento para ver que, aunque tenga 95 CV menos que el actual Golf, tenía rasgos deportivos, por mucho «aburguesamiento» que le hubiese imprimido Volkswagen. El coche es muy fiel y noble en cualquier tipo de carretera, estable y el motor tiene «una alegría» (así lo definió el que me lo vendió), que te hace salir bien parado de cualquier imprevisto que tengas en la carretera. A velocidades legales los consumos son bastante contenidos: es posible hacer un viaje largo (con puertos de montaña por medio) bajando un poco de 8 litros. Es cierto (nota lo de velocidades legales, si te pasas llevando el coche alto de revoluciones el consumo se dispara… mucho). Eso sí, debo reconocer que al coche, aunque es rápido y estable, le falta ese «ADN GTI», por llamarle de alguna forma, que sí tenían sus dos primeras versiones.
Veredicto de Coches.com
Con el Golf GTI VI tienes un coche compacto con el que puedes disfrutar mucho al volante al mismo tiempo que es tremendamente sencillo de conducir en cualquier circunstancia. Su magnifica estabilidad, su alto grado de precisión y la rápida respuesta de su motor hacen que el paso por cada curva sea un motivo de satisfacción. Es el equilibrio casi perfecto en un coche: comodidad, velocidad y un acabado impresionante. Quizás no es el mejor en nada, pero destaca en todo con nota y eso hace que le guste a una amplia variedad de personas. Un ejemplo: Yo lo disfruté una semana por carreteras de montaña, trazando curvas de todo tipo a distintas velocidades… Y mi novia lo llevó un par de ocasiones para ir a trabajar y quedó encantada con su respuesta y lo bien que era capaz de llevar un coche de 200 CV (y si te lo preguntas, no. No corre en rallies ni mucho menos ;-). Es decir, en un mismo coche tienes un deportivo (de acuerdo, no es extremo), y un utilitario sencillo y discreto, pero bonito.
Puede que haya otras opciones más baratas, como por ejemplo un Seat Leon Cupra, pero cuando entras notas la diferencia de acabados (yo por lo menos lo noté bastante, igual a otros no le resulta tan llamativa). Por ponerle alguna pega, quizás un excesivo ruido de rodadura en marcha y la poca visibilidad trasera. En eso los coches actuales han empeorado, quizás por las más estrictas normas de seguridad actuales, pero se ve mucho mejor lo que ocurre fuera del coche en un vehículo de unos cuántos años que en muchos de los modelos actuales. Pero yo, creo que podría perdonárselo…
Fotos: