El Honda CR-Z es el primer coche híbrido con carrocería cupé. Tiene una potencia total de 124 CV, de los cuales 14 CV los aporta el motor eléctrico, un motor que no puede impulsar por sí mismo al coche, cuando está está en movimiento sino que su función es aumentar la potencia total del coche, arrancar el de gasolina y proporcionar par desde muy bajas revoluciones.
Para aumentar su deportividad, el motor va asociado a una caja de cambios manual de 6 velocidades, con un tacto muy agradable y recorridos muy cortos entre marchas. El Honda CR-Z sale a la venta el 6 junio desde 21.900 €. Estas son nuestras primeras impresiones sobre él tras probarlo en Amsterdam durante unos 120 km, en un recorrido que combinaba zonas urbanas y algún tramo de autovía.
Equipamiento
La versión que pudimos probar en Amsterdam fue la GT Plus, la más costosa de la gama (25.200 €), que añade a los otros dos niveles de equipamiento (SPORT, 21.900 € y GT, 23.400 €).
La versión Sport incluye entre su equipamiento de serie el ABS con distribuidor electrónico EBD, airbags frontales, laterales y de cortina delante y detrás, control de estabilidad y tracción VSA, ayuda de arranque en pendientes, sistema de iluminación diurna por led´s, anclajes isofix, faros antiniebla o inmovilizador antirrobo.
Tampoco faltan climatizador, modos de conducción, radio CD y conectores auxiliares, arranque por botón, dirección asistida eléctrica EPS, volante deportivo de tres radios en piel con costuras azules, pantalla multiinformación, pedales de aluminio y ajuste en altura del asiento del conductor.
El acabado GT añade control de velocidad, sensores de luces y lluvia, faros de xenón, alarma, sistema de audio de alta calidad con subwoofer, bluetooth, asientos calefactables, retrovisores plegables eléctricamente y sensores traseros de parking.
Por su parte, la versión más alta de gama, la GT Plus, incluye al acabado GT tapicería de piel y techo solar panorámico. Además, Honda permite personalizar el estilo deportivo con dos líneas de accesorios, la línea Carbon, con accesorios de color oscuro y la línea Chrome, con detalles cromados.
Exterior
Es de esos coches que gustan más en directo que en las fotos de prensa que conocíamos. El diseño exterior persigue la máxima aerodinámica mediante una silueta en forma de cuña muy agresiva y rompedora con lo establecido. Su capó está a muy baja altura y es muy largo, con una inmensa entrada de aire en el centro del paragolpes hasta la altura del capó, que suponemos refrigera su mecánica.
La vista lateral nos recordó mucho al Honda CRX, aquel deportivo de la marca nipona de los años 80, con un morro alargado y un habitáuclo corto que continúa hasta el final con una línea de techo con una descarada caída hacia una zaga partida muy original. Sus grandes pasos de rueda incluyen llantas de alumino deportivas de 16 pulgadas. Algo que no nos gustó demasiado porque restaba visibilidad fue que la luneta trasera está partida en dos piezas por un pequeño alerón, si bien un aspecto realmente atractivo y sólido, sobre todo mediante sus aletas sobredimensionadas y un paragolpes con gran presencia.
Interior
Los materiales y acabados son de muy buena calidad, si bien la dureza y tacto de los plásticos del salpicadero podrían ser mejores. En general se trata de un coche muy bien rematado, y eso se percibe en cuanto cierras las puertas, que se abaten con un aplomo propio de marcas premium y dan una sensación de estanqueidad y seguridad apabullante.
En el puesto de conducción la mayor parte de la instrumentación va colocada al alcance del conductor. Sólo hay que soltar el volante para controlar el sistema de ventilación, regular los espejos retrovisores exteriores o elegir uno de los tres modos de conducción que incluye, ya que en el propio volante hay infinidad de mandos para manejar el ordenador de viaje, el programador de velocidad y otras funciones. El navegador es prácticamente lo único que queda alejado. La instrumentación del CR-Z da información al conductor, entre otras cosas, de la carga de la batería, de si se está recargando o si está proporcionando asistencia al motor eléctrico.
Motor
El motor híbrido que lo propulsa combina un motor de gasolina de 1.5 litros de 114 CV con tecnología de distribución variable i-VTEC, con doble sistema de levas para ofrecer dos modos de conducción, y un motor eléctrico IMA de 14 cv, consiguiendo en total 124 cv a 6.100 rpm y un elevado par motor de 176 Nm desde tan sólo 1.500 vueltas.
Además, por primera vez en un modelo híbrido, se ha añadido un innovador cambio manual de 6 velocidades que logra unas prestaciones insospechadas entre los coches con tecnología híbrida que hoy circulan por nuestras calles, alcanzando los 100 km/h desde parado en sólo 9,9 segundos y una velocidad máxima de 200 km/h. Los consumos sí que llaman poderosamente la atención para esas prestaciones, puesto que el consumo mixto lo deja en sólo 5 litros a los 100 km según datos oficiales, mientras que en urbano gasta sólo 6,1 litros a los 100 km.
En nuestra prueba, 120 km recorridos en su mayor parte por zonas urbanas y algún tramo de autovía, como antes contábamos, el consumo que marcaba el ordenador era de 5,9 litros. Y eso que abusamos un poco del modo SPORT. ¿Qué es eso del modo SPORT? Ahora mismo te lo contamos.
Tiene un programa («3-Mode Drive System») que permite elegir entre tres modos de conducción: ECON, NORMAL y SPORT, que modifican la respuesta del acelerador, la asistencia de la dirección, el funcionamiento del climatizador, el ralentí del motor térmico y el grado de apoyo del motor eléctrico a la propulsión del coche. A diferencia de otros modelos que conocemos, la respuesta se nota en cuanto pulsas el botón.
Para saber en todo momento en qué modo de conducción estás, cambia el color del cuadro. En el modo NORMAL el cuadro de instrumentos se ilumina en azul, mientras que en el ECON pasa a verde cuando el consumo es bajo. La iluminación es de color rojo si se selecciona el programa SPORT. Además, tiene una función Eco-Assist, que da información al conductor para que conduzca de la forma más eficiente posible.
Comportamiento
Nos ha encantado su respuesta, sobre todo a bajas revoluciones. Empuja desde abajo como un diésel sin los ruidos de estos. Como coche deportivo que se precie, se ha dotado al escape de un sonido grave a bajas vueltas y más agudo a alto régimen, algo que nunca habíamos visto (más bien oído) en un híbrido. Y para los que nos gusta tener sensaciones deportivas a la hora de conducir, se agradece. Lógicamente, la respuesta más deportiva se obtiene en modo Sport, y aunque esto penalice los consumos, como comentábamos antes, no lo hace en demasía.
La función Start and Stop, que detiene el motor cuando el coche está parado, tiene una respuesta increíble. De los coches que he probado con esta función, pocos apagan tan rápidamente el propulsor y lo arrancan de nuevo con tanta efectividad en cuanto metes la primera velocidad. Honda ha desarrollado muy bien esta función, en mi opinión, y lógicamente se nota en los consumos.
Maletero
El maletero tiene 215 litros con las cuatro plazas hábiles (hasta la cortinilla que lo cubre) pero puede alcanzar los 401 litros cuando se abaten las plazas traseras. El proceso para abatirlas es muy cómodo y además queda una superficie de carga totalmente enrasada con el maletero.
- Diseño diferenciado
- Mecánica híbrida agradable
- Comportamiento dinámico
- Habitabilidad escasa
- Visibilidad reducida
- Precio
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