¿Cuántas veces has viajado en avión? ¿Una, dos, 300? ¿Serías capaz de recordar tan sólo una instrucción de seguridad? La empresa especializada en automóviles deportivos ligeros, Caterham, ha fantaseado con la idea de convertirse en una aerolínea para demostrar de cómo haría que sus pasajeros prestaran atención a las anodinas pautas a seguir en caso de catástrofe.
El viajero en cuestión se sube a un Caterham 620S, acompañado por un pelín maníaco conductor que sin duda conseguiría que cualquiera tomara apuntes del speech de la azafata o azafato antes de despegar.
La razón por la que este pobre copiloto logra apenas sobrevivir al vuelo es el motor de 310 CV, sin control de tracción, sin frenos antibloqueo y un piloto impasible al que no le asusta alcanzar una velocidad tan terrorífica, equivalente a la de un Boening 787. Sólo hay que ver su cara. Y es que si todos los vuelos fueran así, seguro que prestaríamos más atención a dónde se encuentran las salidas de emergencia más próximas. Buen viaje.
Vía: Motor1