El Mitsubishi Lancer Evolution es un mito, de eso no hay ninguna duda. Inicialmente fue construido con la finalidad de triunfar en competición y poco a poco se fue convirtiendo el un modelo de calle de culto, del que hubo hasta diez generaciones. El Mitsubishi Lancer había llegado en 1973 como un compacto interesante y en el momento adecuado se convirtió en la plataforma ideal para desarrollar algo más.
Para homologar el modelo que iba a competir en rallys se tuvo que hacer un coche de calle, que fue el Mitsubishi Lancer Evolution I, que salió en 1992. Venía con lo estrictamente necesario, pero aún así se vendieron las 2.500 unidades en apenas tres días. Apenas un año más tarde llegaba el Lancer Evo II, con algunas mejoras lógicas. El desarrollo seguía paralelo al de competición para que en 1995 llegase el Evo III, con una estética renovada y más potencia.
La plataforma cambió totalmente para el Mitsubishi Lancer Evolution IV. Además de los grandes antinieblas, cambiaba su posición del motor e introducía un nuevo turbocompresor y el Active Yaw Control (repartía el par entre las ruedas). En 1997 salió el Evo V, con cambios menores y le siguió el Evo VI, que también era esencialmente el mismo. De este salió la edición Tommi Mäkinen, en honor al piloto que había ganado cuatro campeonatos mundiales con dicho coche.
Hubo que esperar hasta 2001 para el lanzamiento del Lancer Evo VII, estrenando una nueva plataforma y un diferencial central activo, para un comportamiento más eficaz. En 2003 llegaba el Evo VIII con mejoras como los frenos Brembo o los amortiguadores Bilstein. El Lancer Evo IX era lanzado en 2005 y estuvo presente en casi todos los mercados a nivel mundial.
Apenas dos años más tarde fue lanzada la décima generación, el Evo X, que se convirtió en el último ejemplar de esta saga. Carecía del alma que tenían otros (ya no contaba con el motor 4G63) y lo estuvieron produciendo casi una década hasta que finalmente lo retiraron en 2016 sin sucesor a la vista.
Fuente – Donut Media