La fuente principal para que se produzca una llama es el calor unido a la combustión de un determinado material probablemente inflamable. Combustibles líquidos o sólidos como son los recubrimientos plásticos o tapicerías que hacen las delicias de nuestros viajes pueden convertirse en nuestros peores enemigos. En España se producen alrededor de 600 fuegos en coches localizados en su mayoría en grandes urbes como Madrid y Barcelona. Para evitar situaciones como esa debemos seguir los siguientes consejos.
Mechero no
No es cuestión dejar de fumar en el coche, aunque tampoco es un idea desechable. La idea es tener cuidado con todo tipo de instrumento que pueda pasar de nuestras manos al vehículo con facilidad y prender la llama de un catastrófico incendio. Mecheros, cigarros, cerillas mal apagadas son los principales elementos que debemos vigilar en detalle.
Los aparatos eléctricos tampoco se quedan cortos y si alguna mala conexión hace saltar chispas se puede producir la indeseada combustión. Así que si desconfías del cargador del coche, frente a la duda, mejor no conectar nada y llegar al destino sin incidente alguno.
Transporte de potenciales focos inflamables
Cuidado al transportar materiales peligrosos que, lejos de ser ignífugos, alimentan las llamas como si no hubiera un mañana. Los vehículos particulares pueden llegar a transportar mercancías peligrosas y el propietario del vehículo es el responsable de realizar ese traslado con la mayor seguridad posible ya que la combustión de este tipo de materiales como pueden ser botes de pinturas o disolventes mal cerrados, pueden acarrear graves consecuencias.
Máquinas pequeñas depositadas aún calientes en el vehículo pueden generar que le coche arda, por lo que es recomendable esperar a que se enfríen antes de depositarlas en el coche. Una vez frías, es aconsejable que se coloquen correctamente en un compartimento adecuado, no de cualquier manera como si de otro ocupante de vehículo se tratase.
La batería puede ser amiga de las llamas
La batería que tantos buenos momentos musicales con la radio nos facilita puede convertirse en nuestra enemiga. Su composición química la hace fuente de calor y cualquier mala manipulación y mantenimiento puede ocasionar las chispas de la desesperación.
No contenta con prender fuego, la combustión del hidrógeno que emanan a la atmósfera podría llegar a provocar hasta una explosión por lo que más nos vale manipunarla con mucho cuidado y cuidarla para que se mantenga en buen estado.
Prevenir es vivir
Como siempre, la mejor defensa para un peligro como este es un buen ataque. En este caso, ya que no podemos luchar contra las llamas, podemos prevenir para no tener que curar. El mantenimiento de los vehículos es aún la asignatura pendiente de los españoles pero son muchos los conductores que realizan las necesarias revisiones para mejorar su seguridad y la de todos.
Las roturas, fisuras y deterioros son normalmente visibles y repararlas salva vidas. Tanto para coches eléctricos como convencionales, todos somos vulnerables frente al fuego.