Los coches eléctricos van haciéndose un hueco cada vez mayor en nuestra sociedad. Antes parecían una lejana realidad mientras que ahora se van convirtiendo en una alternativa económica que no pasa desapercibida para el bolsillo de los más astutos.
La diferencia entre los coches de combustión y los eléctricos es bien sabida. El impacto ecológico de estos últimos es menor pero su desventaja reside en la escasa autonomía de sus baterías. Aún así, sin prisa pero sin pausa, van dejando su huella en las ciudades y cada vez son más los que tienen uno de estos en su garaje. Por ello es necesario comenzar a explicar cuáles son las peculiaridades de estos vehículos en materia de mantenimiento con respecto al mantenimiento de los tradicionales.
El principal inconveniente es la batería como ya hemos comentado. Su escasa autonomía y los altos costes de las mismas frenan a muchos de los interesados en estos vehículos. Pero, si tienes en cuenta el bajo coste de la electricidad en comparación con el combustible, las escasas visitas al taller.. puede resultarte más interesante. Además, hay que tener en cuenta que este tipo de baterías están en pleno desarrollo por lo que en un espacio corto de tiempo el precio de las mismas irá cayendo al tiempo que aumente la autonomía, por lo que puede ser realmente interesante.
El mantenimiento de un coche eléctrico es mucho más sencillo que el de los coches de combustión pues no tienes que preocuparte por las correas de distribución, embragues ni otras piezas que son bastante caras y que hay que cambiar con cierta frecuencia. Aún así tienes que tener en cuenta estos consejos si quieres asegurar una larga vida a tu vehículo ecológico
Líquido refrigerante de la batería
La primera vez que cambies el líquido refrigerante de la batería debes hacerlo a los 170.000 km, a partir de ese momento deberás hacerlo con mayor frecuencia, exactamente cada 120.000.
Filtro del aire
Al igual que en los coches de combustión, el filtro del aire acondicionado hay que cambiarlo cada 12.000 km. Así aseguramos que el aire que entra al habitáculo no contenga particular abrasivas provocando incomodidades que afecten a la conducción.
Líquido de frenos
Es recomendable cambiar el líquido de frenos cada 50.000 kilómetros. Aunque el freno motor no existe en este tipo de vehículos como tal, la frenada regenerativa sí, por lo que el gasto de discos, pastillas… se ve muy reducido.
Cambiar neumáticos
Si tienes un coche eléctrico, te recomendamos que cambies los neumáticos al igual que en otro tipo de coche, cuando la banda de rodadura sea inferior a 1,6 mm. El mantenimiento de los neumáticos es similar en ambos tipos de vehículos por lo que en este punto ya tienes experiencia.
Cosas que no tienes que cambiar
Los coches eléctricos representan ventajas como que no debes cambiar el aceite o los filtros, al igual que las correas de distribución. Las pastillas de freno tampoco se cambian tan a menudo en este tipo de vehículos, ya que aproximadamente el 95% de las veces que frenamos el coche se frena invirtiendo el alternador para recargar las baterías internas del coche.
Estos son los puntos que debes tener en cuenta a la hora del mantenimiento de un coche eléctrico. Sin duda, son grandes ventajas que se suman a otras como su fabricación más sencilla, su mayor eficiencia energética, sus escasas visitas a los talleres o que no precisan de transmisión, embrague, silenciador y tubo de escape.
Fuente: Ecoinventos