Un grupo de estudiantes de ingeniería eléctrica y electrónica de la Nanyang Technological University (NTU) en Singapur ha fabricado dos vehículos eléctricos mediante impresión en 3D y que se alimentan de energía solar, para participar en la prestigiosa carrera asiática conocida como Shell Eco-Marathon, una competición entre estudiantes de varias universidades que deben competir en una carrera con vehículos diseñados y construidos por ellos mismos, donde se juzgan aspectos del vehículo como: la distancia que son capaces de recorrer, su consumo, la velocidad máxima o el diseño, entre otras muchas cosas.
Sin lugar a dudas, estos vehículos destacan no solo porque son lo suficientemente rígidos para soportar el peso de un piloto sino porque además tienen un diseño muy ligero y aerodinámico.
Para la fabricación de estos dos coches eléctricos los estudiantes han utilizado una impresora en 3D capaz de convertir en partes reales las 150 piezas que previamente habían diseñado en sus ordenadores. El primer vehículo conocido como NV8 es un modelo biplaza de cuatro ruedas que cuenta con una base de fibra de carbono y según sus creadores es un eléctrico urbano capaz de alcanzar los 60 km/h y aguantar un kilometraje estimado de 425 km por kWh de energía eléctrica. El NV8 tiene unas dimensiones de 3,2 x 1,3 x 1,3 m y pesa 120 kg sin conductor. Además, cuenta con un llamativo diseño gracias a sus puertas de apertura vertical.
Por su parte, el segundo modelo, el NTU Venture (NV9), está todavía en fases más experimentales, ya que además de estar fabricado por piezas impresas en 3D, posee tres ruedas pero incluye un sistema en las dos ruedas delanteras para poder coger las curvas cerradas con una mayor estabilidad sin tener que reducir prácticamente la velocidad. Su atonomía también es de 425 kilometros por kWh de energía eléctrica. Este vehículo participará en la categoría de «Prototipo» de la carrera Shell Eco-Marathon.
Tanto el NV 8 como el NV 9 incorporan células solares de silicio hechas a mano a lo largo de su superficie curvada para conseguir que se pudieran ajustar correctamente a la forma del coche. Las células primero fueron cortadas en tiras estrechas, para después ir montándolas poco a poco entre las películas transparentes de la superficie con la ayuda de un molde para obtener la forma final.
Los estudiantes, que empezaron este proyecto con el objetivo inicial de ser los primeros creadores de un coche eléctrico en Asia impreso en 3D, les ha supuesto más de tres meses de trabajo en crear y montar los coches y un año en definir y plasmar su diseño final.
Lo que no nos cabe duda, viendo el éxito de esta competición, es que de cara al futuro, la impresión 3D y el coche eléctrico están llamados a entenderse muy bien. Y como muestra, puedes leer este otro post donde contamos todos los detalles del Strati, un prototipo fabricado por Local Motors con una impresora 3D que pretende revolucionar el panorama del mundo del motor, gracias a la incorporación en tiempo real de esta tecnología, u este otro Aston Martin DB4 de 1961 a tamaño real con una impresora casera.
Fuente: Nanyang Technological University