Somos muchos quienes pensamos que tras la impresión 3D llegará un nuevo amanecer industrial. En relación con la automoción, la impresión 3D conseguirá fabricar coches en series limitadas sin disparar los gastos de desarrollo o crear piezas de coches antiguos. Ya hemos visto coches impresos en 3D, incluso a tamaño real, como el Urbee, pero este caso nos supera. Se trata de un Aston Martin DB4 impreso en 3D… a tamaño real y en una impresora 3D casera.
Sí… Mientras la mayoría de los mortales que tienen acceso a una de estas impresoras 3D no pasará de imprimirse alguna figurita de Yoda, el ingeniero de software neozelandés Ivan Sentch decidó ir unos pasos más allá y crear una réplica de un Aston Martin DB4 de 1961, un coche del que apenas quedan 1.200 unidades en el mundo, por las que se pagan hasta un millón de dólares. Sentch utilizó un render de TurboSquid y lo modificó para que fuera más exacto y para que quedara a su gusto.
Sentch reconoce en la página web del proyecto que es novato en esto de la impresión 3D, ya que lleva poco tiempo utilizando esta tecnología. Utilizó software 3ds Max de Autodesk y una impresora 3D de Solidoodle (que tiene desde enero de 2013)y así ha completado más del 70% de la impresión de las partes que necesita. El proceso consiste en imprimir las pequeñas piezas, ponerlas en una base de madera y luego pegarlas, así que su proyecto se ve bien hasta ahora, pero no ha sido algo fácil de lograr.
Por ahora, Sentch ha gastado más de 2.000 dólares en la impresión con fibra de vidrio. ¿Mucho dinero? Un Aston Martin DB4, aunque no tan famoso como el mítco DB5 de James Bomd, se subasta por entre 330.000 y 1,7 millones de dólares, por lo que para una persona normal es complicadísimo llegar a poseer un coche así. Y piensa utilizarlo, ya que eligió el DB4 porque además de ser bonito tiene cuatro plazas y así podría llevar a sus hijos… aunque sueña con crear también un Ferrari 250 GTO.
Como la impresora no puede dar salida a piezas grandes, como las defensas o las puertas, Sentch crear estas secciones mediante cientos de formas más pequeñas, de unos 105 x 105 mm, que luego monta y pega en su lugar.
A pesar de que apenas le falta un 28% de la carrocería del coche, todavía tiene muchísimo que hacer antes de que el coche está terminado. Cuando complete la impresión tendrá que tomar un molde del DB4, crear la pieza y luego lijar hasta que el cuerpo tenga un acabado perfecto. Y después pintarlo, por supuesto.
Una vez que complete el exterior, este hombre comenzará a construir el interior… y que funcione. Para la transmisión y el motor del DB4, Sentch planea utilizar la mecánica de un Nissan Skyline GTS de 1993, ya que las piezas son baratas y se encuentran con facilidad en su Nueva Zelanda natal. También ha considerado hacer un Aston Martin DB4 eléctrico (para horror de los puristas), pero las baterías y las pocas infraestructuras de recarga acabaron por que deshechase la idea. Su objetivo es tener el coche completamente terminado en unos cuatro o cinco años.
Fuente: Replica DB4
Fotos: Ivan Sentch