Una de las desventajas que tiene Madrid es el grna número de atascos, debido al gran número de coches matriculados que hay en la capital. Esto que nos pasa hoy en día no lo pensaría el marqués de Bolaños allá por 1913, cuando el 13 de marzo se convirtió en la primera persona en matricular un coche en la ciudad.
En realidad, los primeros coches llegaron a la capital en 1898, pero no fue hasta unos años más tarde cuando surgió la necesidad de empezar a matricularlos. El primer coche matriculado en Madrid fue un Renault descapotable de 14 CV de potencia que era capaz de alcanzar una velocidad de 40 kilómetros por hora. Podemos decir que Luis María Pérez de Guzmán y Nieulant, más conocido como el marqués de Bolaños y conde de Nieulant, fue un privilegiado amante de los automóviles que se adelantó a su época.
Ese soleado jueves inscribió su preciada adquisición en la Inspección de Carruajes del Ayuntamiento de Madrid, en medio de una escasa expectación, ya que el día tuvo otra noticia más importante: la dimisión del Gobierno y las reuniones de Sagasta con la Reina María Cristina.
¿Y cuánto se pagó por el primer coche matriculado en Madrid? El marqués de Bolaños tuvo que desembolsar por su Renault (la mejor fotografía que hemos encontrado es la que ves a la izquierda) la cantidad de 17.000 pesetas (unos 102 euros), más 200 pesetas por la licencia.
Según las crónicas de la época, el marqués no lo utilizaba mucho, ya que casi siempre aparecía como conductor su hijo César Pérez de Guzmán, que fue el inventor de un extraño claxon (que reutilizaba los gases sobrantes para que sonara una potente sirena) por el que había obtenido la patente en España. El consumo de este tipo de vehículos era de unos 30 litros cada 100 kilómetros y debían parar a repostar en droguerías, ya que por aquel entonces no existían las gasolineras.
Después de este primer coche hubo alguno más, pero muy pocos. Hace poco más de un siglo sólo había matriculados en Madrid 40 coches. Y es que por aquella época, costearse un coche así daba un toque de distinción a sus propietarios y era un verdadero lujo al alcance de muy pocos. Con los años acabaron circulando bicicletas, carrozas, y tranvías. Poco a poco los coches fueron ganando esta particular batalla a sus competidores y en 1920 ya eran más de 1.000 los vehículos que circulaban por la ciudad. Hoy en día la popularidad del gran invento del siglo XX es incuestionable, ya que la ciudad de Madrid tiene matriculados casi dos millones de vehículos.
Ese no fue el primer coche matriculado en España. Ese honor corresponde a un Clement del año 1900, de Mallorca.
Fuentes: Secretos de Madrid, El Mundo
Fotos: Fernando Debas «Madrid hacia 1900» Museo Municipal de Madrid.