La semana del 18 de noviembre fue un momento devastador para los bolsillos de los conductores españoles. Y es que se produjo una subida del combustible que alcanzó cuotas sólo vistas en 2008. Ahora, en una nueva semana esperanzadora, rebajan un poco su presión y deciden darnos ciertas alas para llenar nuestro depósito sin sufrir, ningún colapso, a la hora de acudir a caja.
Tanto la gasolina como el gasóleo han oxigenado nuestros bolsillos. El primero de ellos con una pequeña rebaja del 0,58 frente al segundo de ellos con el 1,50%. Menos da una piedra. Y más si mencionamos los últimos tiempos en los que acudir a llenar el depósito significada un auténtico calvario para nuestra cartera. De no pagar 50 euros con un lleno por favor, a tener que aportar a la caja algo más de 50 euros. Para mí, un dolor de corazón.
El Boletín Petrolero de la Unión Europea atisba algo de luz al confirmarnos que el litro de gasolina ha sido vendido en los últimos 7 días a 1,190 euros, frente a los 1,197 euros anteriores. Mientras que el gasóleo, ha pasado de venderse de 1,133 euros a 1,116 euros el litro, en esta última semana.
Y es que aunque a veces nos alegremos de estos pequeños descensos, nuestra alegría dura poco porque cuando menos lo esperamos, llegamos a la gasolinera y observamos que el precio sigue en aumento. La realidad y los datos son claros. La gasolina ha subido un 9,17%. El gasóleo en 13,07%. Unos datos más que interesantes si tenemos en cuenta que el incremento se ha vivido en apenas 11 meses. Ni siquiera un año para una subida como esta. Lo que significa que el descenso no será tan significativo. Aún así, con cada reducción aplaudiremos.
Pero tampoco debemos alarmarnos tanto. Todo lo contrario. Debemos dar las gracias cuando observamos que nuestros carburantes son de los más baratos de la Unión Europea después de impuestos (sin impuestos, de los más caros, según denunciaba la semana pasada Facua). Consolémonos.