Fue en el reportaje Mi garaje es mi salón cuando conocimos a Holger Schubert, un arquitecto apasionado por su trabajo… y por su coche, ya que este ferrarista concibió su estudio-taller alrededor de su Ferrari 512 BBi.
Mientras otras personas se dedican a colocar cuadros en sus casas y piensan las paredes y la iluminación en función de ellos. Pero Shubert eligió una obra de arte sobre ruedas para que se convirtiese en el centro de atención de su hogar, su Ferrari 512 BBi. Todo su estudio fue diseñado para colocar sobre un pedestal su Ferrari clásico, con detalles como un puente de cinco metros para que el coche ruede elegantemente hacia su guarida… desde la que disfruta de unas vistas que muchos quisiéramos para nuestros mundanos pisos.
Si no conoces el Ferrari 512i BBi, fue un coche clave en la historia de Ferrari. La marca del cavallino había sido superada en los años 70 por los Lamborghini y Maserati, ante los que no podía competir el Ferrari Daytona con motor delantero, el modelo más alto de su gama. La respuesta fue el 365 GT4 BB (BB es Berlinetta Boxer y Boxer, una configuración de cilindros similar a los F1 de la época).
Poco después, Ferrari sustituía el motor 4.4 litros por uno de cinco litros… con lo que perdía potencia pero ganaba par y aceleración. Ese coche era el Ferrari 512 BB, (5 por el cubicaje y 12 por su número de cilindros). Sus prominentes tomas de aire tras las puertas refrigeraban los frenos de discos y estaba pintado en dos tonalidades, para que la parte de abajo acabase en negro le diese una imagen más agresiva. El 512 BB se fabricó hasta 1980, y el año siguiente aparecería el 512 BBi (i de inyección), que se mantuvo hasta 1985, cuando fue sustituido por el Testarosa, que heredó su motor boxer mejorado.
Ahora que conoces al protagonista de nuestra historia… descubre el maravilloso garaje que le ha construido este apasionado dueño…
Fuente: Petrolicious