En septiembre de 2005 arranca la producción del Bugatti Veyron. Se fabrican 450 unidades (300 de este coupé y 150 unidades del descapotable -en realidad un targa-, el Veyron Grand Sport) a un precio tan escandaloso como sus capacidades, en el entorno del millón y medio de euros.
Hubo un arduo proceso antes de que la primera unidad saliese de la fábrica de la marca en Molsheim, Francia. A Ferdinand Piëch, director del Grupo Volkswagen,se le puso entre ceja y ceja contar con un superdeportivo que hiciese sombra a cualquier otro modelo. En septiembre de 1999, apenas un año después de que Volkswagen comprase Bugatti apareció el germen de la idea, el prototipo Bugatti 18·3 Chiron.
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Siguieron apareciendo prototipos que iban afinando el concepto. En el Salón de Tokio a finales de 1999 el Bugatti 18·4 Veyron, obra del Centro de Diseño de Volkswagen, ya tomaba el nombre definitivo Pierre Veyron, el piloto francés ganço en 1939 las 24 Horas de Le Mans en 1939 pilotando un Bugatti 57. Se apostaba para moverlo con un motor W18 de 555 CV que llevaba el 18·3 Chiron.
En 2000, en el Salón de París, llegaría el Bugatti 16.4 Veyron, con un diseño más afinado y nuevo motor W16 con 8.006 cc que prometía 630 CV… lejos de las pretensiones de Piëch. En marzo del año siguiente, en Ginebra, llagaría una nueva evolución, con la idea de sacarse a la venta en 2003. Ya con números alucinantes para el motor W16: cilindrada de 7.993 cc, 1.001 CV de potencia y 1.250 Nm de par.
El Bugatti 16.4 Veyron definitivo es este biplaza que ves en las imágenes, realizado sobre un bastidor de fibra de carbono, cubierto con paneles de aluminio y de material compuesto (fibra de carbono y kevlar). Mide 4.466 mm de largo, 1.998 de ancho y 1.206 de alto. Su alerón se despliega automáticamente al ir ganando velocidad, moviéndose hacia atras y hacia arriba, con el fin de ganar apoyo aerodinámico.
Bugatti Veyron 2005. Motor
Su propulsor es portentoso, por concepto, rareza y capacidades. Se trata de un motor W16, con dos bancadas de 8 cilindros en V estrecha, que se ubica en posición central trasera longitudinal.
Tiene 7.993 cc y cuenta con nada menos que cuatro turbocompresores, dos intercooler, 64 válvulas e inyección directa. Rinde 1.001 CV a 6.000 rpm y 1.250 Nm de par, una potencia que gestiona una transmisión de doble embrague, con 7 relaciones y fabricada por el especialista británico Ricardo. Se envía a un sistema de tracción total permanente a las cuatro ruedas con diferencial central de tipo Haldex.
Las prestaciones son sorprendentes para un modelo de fabricación «en serie»: Es capaz de aclerar de de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y de 0 a 300 km/h en menos de 14 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 408 km/h. Ojo, que estas son las cifras de la unidades «convencionales». Existen también versiones Super Sport, que entregan 1.200 CV de potencia máxima y 1.500 Nm de par, que alcanzó 431,072 km/h (récord de velocidad máxima en su día).
El Veyron cuenta con neumáticos desarrollados en exclusiva para él, debido a sus capacidades. Se trata de unos Michelin Sport PAX con tecnología run-flat en medidas 265-680 ZR 500A delante y 365-710 ZR 500A detrás.
Bugatti Veyron 2005. Equipamiento
En el interior predomina el cuero, y para la consola central se ha apostado por el aluminio, con un diseño que «copia» al de los antiguos Bugatti de competición.
[ACTUALIZACIÓN] Hay muchos lujos, los que cabe esperar de un coche de su precio, así como un sinfín de ediciones especiales de fabricación más limitada (es obvio que el cliente tipo de este tipo de vehículos busque la máxima diferenciación. Además del Veyron Super Sport, hubo algunas especiales como el Veyron L´Or Blanc, Bugatti Veyron Black Bess, Bugatti Veyron Meo Constantini, Bugatti Veyron Rembrandt Bugatti, el Bugatti Veyron Ettore Bugatti… hasta llegar al Bugatti Veyron «La finale», la última unidad.
Fuente: Bugatti
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