Tener una llave de repuesto es una de esas cosas que nunca parecen necesarias hasta que se necesita. Puede ser que alguna vez la pierdas, que te la roben o que te la hayas dejado dentro del coche y se haya cerrado estando tú fuera. Es normal que resulte embarazoso y que suponga una putada puñeta intentar abrir la puerta. Piensa que, como tú, otros 100.000 españoles más al año se olvidan las llaves dentro.
Entonces, ¿cómo podrías abrir la puerta de tu coche sin usar la llave? Puedes llamar a un profesional y que te cobre varias decenas de euros por cinco minutos de trabajo, pero hay varios métodos gratuitos que pueden solucionarte el problema. Y no, no hace falta recurrir a romper la ventana para recuperar las llaves. No hay que frustrarse con uno mismo, son cosas que pasa, y aquí vamos a ver algunas soluciones que pueden resultar útiles.
Desbloquear una puerta de coche sin llave
Los mecanismos de bloqueo varían ampliamente en función del vehículo. Los más nuevos tienen cerraduras remotas para abrirlos y cerrarlos, y en los más antiguos hay que recurrir al movimiento de giro de muñeca para abrirlo manualmente. Algunos tienen el bombín en la parte interna superior de la puerta, justo al lado de la ventanilla, mientras que otros lo tienen en el asa. Primero de todo, hay que saber con certeza donde está el mecanismo de desbloqueo.
Método 1: Cordón de zapato
Parece demasiado bueno como para ser cierto, pero lo cierto es que este método tan solo funciona con los mecanismos de bloqueo internos que tienen un resorte vertical para ser operados. Eso sí, es, posiblemente, la opción más rápida, low cost y sencilla en un momento de apuro.
Tendrás que quitar el cordón de tu calzado y hacer un pequeño nudo corredizo que, en el momento de abrazar el pivote del seguro, pueda ser apretado. Coloca el cordel en el interior del coche a través del espacio que existe entre la puerta y el resto de la carrocería, preferiblemente desde la esquina superior derecha (refiriéndonos a la puerta del conductor). Después, intenta meter el lazo en la cerradura, apriétalo, tira hacia arriba et voilà.
Método 2: Una percha
Este método, al igual que el anterior, puede llegar a ser frustrante. Salvo que seas un profesional, necesitarás de muchos intentos hasta que salga. No desfallezcas, al final siempre se consigue. Necesitarás una percha de alambre y unos alicates (o fuerza bruta) para darle una forma de gancho alargado que se adentre dentro de la ventana.
Una vez lo tengas, existen dos opciones:
- Tu coche tiene el pulsador de desbloqueo en el reposabrazos. Si llegas a alcanzar el botón, púlsalo y problema resuelto.
- Mueve el alambre hasta encontrar el mecanismo de desbloqueo, con cuidado de saber siempre su posición. Cuando encuentres el resorte y notes que lo tienes enganchado, tira (o empuja, según el vehículo).
Método 3: Varilla y destornillador
Todo lo que necesitas es un destornillador de punta plana, una varilla de acero (aunque cualquier instrumento largo, delgado y rígido te servirá) y unos segundos de tu preciado tiempo. Usa el destornillador para hacer palanca sobre el marco de la puerta e intentar abrirla lo justo y necesario para introducir la varilla. Busca el botón de desbloqueo y presiónalo. Ten cuenta que cualquier objeto metálico puede dañar el exterior y el interior, así que ten cuidadín.
Método 4: Slim Jim
Posiblemente desconozcas lo que un Slim Jim es, pero, seguramente, lo hayas visto en más de una ocasión. Es una ganzúa que se inserta a través de las gomas que rodean la ventanilla del coche y pasan por alto el ojo de la cerradura a la hora de abrir la puerta. Es una herramienta que ha aparecido en la gran pantalla en numerosas ocasiones, cuando los cacos pretendían robar coches, aunque la policía también los suele llevar.
Este método también está diseñado para los mecanismos de bloqueo más antiguos. Inserta el tope más fino en el interior de la puerta de la misma manera que harías con la percha, y busca el resorte encargado de desbloquear las puertas. Si esta herramienta se usa de forma inadecuada, en vez de solucionar tu problema vas a sumar unos nuevos. Puedes romper la ventana, estropear el cableado interno o, simplemente, dejar la puerta bloqueada.
Método 5: Pelota de tenis
Quizá este es uno de los métodos más controvertidos de los explicados hasta ahora. Se supone que, con una pelota de tenis, se puede forzar la cerradura de un coche para desbloquear el mecanismo de cierre. Una técnica que requiere algo de maña y fuerza, y no supone una gran complicación, al menos sobre el papel.
Con un taladro, un destornillador o cualquier otro objeto punzante, haz un agujero en la bola lo suficientemente grueso para encajar en el ojo de la cerradura. Coloca la pelota de tenis sobre la parte superior del bombín y empuja con fuerza. La presión creada en el esférico forzará el mecanismo y, como por arte de magia, la puerta se podrá abrir… o eso dicen.
Lo cierto es que parece que el método de la pelota de tenis no es el más eficaz, pues no siempre sale. ¿Mito? ¿Realidad? Si quieres comprobar si funciona o no, lo mejor es que pruebes tú mismo a hacerlo.
Método 6: Cuña inflable
El principio es el mismo que el de la varilla y el destornillador, pero, en vez de forzar la puerta con un aparato metálico que puede dañar la carrocería de nuestro coche, se utiliza una bolsa de aire inflable mediante una bomba manual que hará de cuña para abrir la puerta unos centímetros.
Con el hueco justo y necesario, introduce el palo, varilla, percha tuneada o lo que tengas más a mano, y busca el botón de apertura. Con un pulso mínimamente decente y algo de paciencia, acertarás en el botón correcto. ¿El aspecto negativo? Esta herramienta no es algo común de andar por casa, y hacerse con una de ellas resulta algo más caro que un destornillador, desde unos 15 euros, aproximadamente.
Método 7: Por la puerta del maletero
Si, por alguna estrambótica razón, la puerta del maletero de tu coche no está cerrada, puede que tengas la posibilidad de acceder al habitáculo desde ahí. En algunos vehículos, suele haber una manija en algún lugar del maletero que sirve para abatir la segunda fila de asientos desde dentro. Si es el caso, tira de ella y arrástrate para desbloquear las puertas y coger tus llaves.
Método 8: Baraja otras alternativas
Si ninguno de estos métodos te es válido, hay una serie de alternativas que pueden resultarte igualmente útiles pero, quizá, no sean tan prácticas:
- Llama a un cerrajero.
- Llama a la asistencia en carretera que tengas contratada.
- Llama a la policía.
- Pide a un amigo o familiar que te recoja.
- Piensa en desplazarte en transporte público.
- Usa las piernas con las que la vida te ha bendecido.
Fuente: AutoBild