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Mario Nogales

Así puedes acabar con el molesto ruido del limpiaparabrisas

El limpiaparabrisas es un elemento que normalmente pasa desapercibido en el coche. Hasta que se pone a llover y se convierte en un indispensable… Inventado por Mary Anderson, tiene una historia muy curiosa y ha experimentado una evolución notable en el pasado siglo. Sin embargo, en los últimos años parece haberse estancando y apenas hay cambios. Y de vez en cuando sigue haciendo ese molesto ruido que te saca de quicio. Pero ahora vamos a intentar solventar ese problema.

Ya hemos hablando largo y tendido del limpiaparabrisas, repasamos todo lo que era necesario saber sobre este elemento y también dimos cinco consejos para un mantenimiento óptimo. Pero no habíamos abordado los chirridos que hacen las escobillas al moverse por el cristal. En primer lugar hay que decir que puede ser normal ese sonido cuando la luna no está demasiado mojada (solo las primeras gotas) y se lleva tiempo sin utilizar este elemento.

Deja de ser normal cuando el ruido se repite sistemáticamente incluso cuando circulamos bajo una copiosa tormenta. La primera causa posible para este comportamiento es que el limpiaparabrisas esté mal colocado. Puedes estar más seguro de que se trata de este motivo cuando empieza a sonar nada más cambiarlo. Para verificarlo basta con dejarlos en posición ascendente (dando el contacto y quitándolo) y fijarte bien si los brazos móviles están bien colocados y no hay nada suelto que pueda causar el ruido.

Si una vez comprobado que están bien puestos, siguen haciendo el molesto chirrido, podemos estar casi seguros que se trata de un desgaste excesivo de las gomas. Probablemente has apurado demasiado la vida de tus limpiaparabrisas y ha llegado el momento de cambiarlos. Es posible que llegados a este punto, su capacidad de evacuar agua se haya reducido y por lo tanto tu seguridad esté quedando comprometida. Por si no lo sabías, en una ITV su mal estado puede ser considerado como un defecto grave.

Una tercera posible causa, que es menos probable, es que el problema esté en que la luna haya acumulado un depósito de cera o algo similar. Por si acaso, es mejor una buena limpieza del cristal para que no quepa duda. Y recordar que es vital el mantenimiento del limpiaparabrisas. Puede bastar con acciones sencillas como limpiar las escobillas cada mes, recargar el líquido (nunca agua de grifo) regularmente y sustituirlos aproximadamente una vez al año.

Fuente: Urbantecno

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