Sabemos que en verano el efecto del calor en los alimentos puede dar algún susto. Y no lo decimos porque hayamos comido una tortilla muy -muy- poco hecha en un área de servicio y hayamos estado al borde de la muerte por una salmonelosis. Lo decimos por el cuidado que hay que tener con la comida que consumimos durante los viajes por carretera, ya que durante los desplazamientos largos puede que no dispongamos de un lugar donde mantener los alimentos frescos.
Y sí, también por las intoxicaciones. Ya te contamos algunos consejos para comer bien antes de un viaje, entre los que se encuentra evitar comer copiosamente o distraernos durante la conducción con aperitivos. Ahora nos centraremos en lo que no debes comer si huyes de las áreas de servicio y quieres llevar el menú de viaje.
Lo primero de todo es el factor temperatura; si no dispones de una nevera portátil, ten en cuenta el tipo de comida que vas a llevar. Si no aguanta fuera de la nevera más de una hora, descártalo. En este caso los alimentos más adecuados son cereales, galletas, frutos secos, bocadillos de pan integral y sándwiches, conservas que no precisan frío hasta que abren y agua embotellada, cerrada adecuadamente. El agua del grifo o los helados que se venden en chiringuitos o puestos ambulantes pueden ser tu billete hacia la tierra de la diarrea, incluso en zonas «desarrolladas» en las que jamás pensarías que puedes poner tu salud en riesgo.
La llamada «zona de peligro» de los alimentos comprende un periodo de tiempo de más de dos horas a una temperatura de entre 5 ºC Y y 65 ºC. Nosotros preferimos denominarlo el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de patógenos. Y los reyes indiscutibles son la carne fresca, la leche, el queso y los huevos, que se llevan todas la papeletas para hacer de tu viaje por carretera una experiencia inolvidable. En estos alimentos el número de bacterias puede multiplicarse cada 20 o 30 minutos; así la carne alcanza la zona de peligro a los 10 minutos de meterla en el coche. Ten en cuenta que en la nevera, las carnes y pescados deben mantenerse entre 1 ºC y 4 ºC, y el resto entre 5 ºC y 8 ºC.
¿Manipulas los alimentos de forma segura?
La regla de oro a la hora de manipular alimentos es no mezclar aquellos que están crudos con los que están cocinados o puedas consumir sin cocinar. Así, cortar carne cruda con el mismo cuchillo o en la misma tabla en la que cortas las verduras o los tomates de la ensalada es un error peligroso. Es la denominada contaminación cruzada, que se produce cuando se usan utensilios contaminados con microorganismos de alimentos crudos en alimentos que no necesitan ser cocinados.
También lo es no lavarse las manos asiduamente, más aún a la hora de cocinar o comer, o cocer los alimentos de manera insuficiente. Y no es que seamos un poco Sheldon Cooper, lo dice la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) a la hora de prevenir intoxicaciones alimentarias, sobre todo en verano.
Algunos de los consejos más importantes son consumir de inmediato los alimentos después de ser cocinados, calentarlos suficientemente, no ingerir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente y asegurar una correcta higiene de la persona que manipule los alimentos y de las superficies en las que van a ser cocinados. En este último punto Chicote está muy de acuerdo.
¡Feliz y seguro viaje por carretera!
Vía: Eroski Consumer, OCU
Imágenes: CBS, Wikimedia.